Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

29 ago 2011

En Continuado


Domingo, después de una larga semana de silencio en la que una encantadora laringo traquitis me tuvo afónica y metida en la cama.
Sí, ya sé que estar afónico no quiere decir que uno no puede escribir, ¿pero han tratado ustedes de escribir metidos en la cama? Yo no puedo. Lo intento, pero el ángulo es malísimo y las letras se me desparraman por todos lados. No da, la verdad que no da.

Pero ya he vuelto. O por lo menos ya estoy mejor y mañana voy a volver a trabajar, que después de tres días de reposo mi jefa y sus extrañas ideas sobre la camiseta de la empresa - "por que yo sé que a veces cuando el médico dice 48 horas de reposo, una con 24 está bien, y no es que quiera decir que tengan que venir a trabajar enfermos, es que a veces uno tiene que hacer un esfuerzo por la empresa..." cómo si la empresa hiciera algún esfuerzo por mí. Dios, que mina tarúpida - debe estar queriendo meterme en un barquito de papel y fletarme a otro lado que no es este.
Cómo sea, cinco días enferma, cuatro encerrada en casa, ya estoy aburrida y con dolores varios sólo de estar acá metida.

Lamentablemente los críos y el hombre de mi casa, con tantas fiebres rebotando - en realidad empezó Ro la otra semana con anginas, no vaya uste´a creer que moi trajo la peste al hogar - tampoco estan en la mejor de las condiciones, por lo que pese a estar aquí dentro, el descanso no es lo que solía ser y las noches son mas bien intermitentes.
El tema de las noches intermitentes es que uno sueña mucho.
Bah, yo sueño mucho en las noches intermitentes, ya que cada vez que me despiertan me calzan en medio de algún sueño en pleno REM por lo que voy recordando todas esas cosas que en una noche normal uno no recordaría... tal vez al resto de la gente no le pase, no voy a andar sacando una generalización de una particularidad.

Así es como, haciéndole el aguante a Zeke el viernes a la trasnoche, me encontré con este encanto de relato en mi memoria RAM.
En plena ciudad de Buenos Aires, acababa yo de llegar de visita, y había ido a visitar el departamento de mi marido - que siendo como son los sueños, no era el mismo marido que tengo ahora, si no otro, pero que en realidad tampoco viene al caso porque no aparece en todo el cuento, tan sólo en el vago conocimiento de que ese era su departamento y yo estaba yendo a visitarlo.
Sentada aburrida, entonces, y sin mucho que hacer - porque en los sueños se ve que yo no cargo libros ni reviso estanterías ajenas - , voy y abro la ventana, donde me asomo a mirar el mundo pasar. Y así estoy, medio cuerpo afuera, mirando al mencionado mundo pasar, cuando veo que en la cornisa del edificio, hay un nene parado. Un nene muy rubio, muy bonito, con un violín en la mano, caminando en mi dirección, con un encanto de postal que haría las delicias de las abuelas y los publicistas.
Como yo veo muchas películas de ciencia ficción y fantasía, en seguida puedo darme cuenta de que hay algo malo en esa imagen - cualquiera sabe que los querubines con encanto de publicidad fuera de lugar nunca están planeando nada bueno -, y velozmente, me meto adentro y cierro la ventana. No había empezado a bajar la persiana cuando el crío empieza a golpear el vidrio y empujar la persiana, gritando para que lo deje entrar, la voz desencajada y cada vez mas ronca, haciendo temblar todo. Yo sigo bajando la persiana, desesperada, y la cosa afuera de la ventana sigue tratando de entrar, gritando que lo deje entrar, ¡porque quiere comerme!
Cómo si eso fuera a convencerme.
Me desperté con las piernas temblando.
En serio.
No se ustedes - Bebilacqua, absténgase de todo comentario, se lo advierto desde ahora - pero a mí que un monstruo con aspecto de angelito, trate de comerme, me pone los pelos de punta.
La imagen de la ventana temblando y los gritos desaforados todavía me dejan ligeramente intranquila.

Y anoche - por que la ronda de noches intermitentes continuó por varios días... o noches, según quiera uno medirlo - acostada con Zeke a las cinco de la mattina - un pico de fiebre que no pasó a mayores - me quedé dormida y soñé que estaba dormitando en el cuarto de Zeke y alguien se reía en el cuarto de Rorro y yo quería levantarme para ir a mirar y no podía despertarme.
"Tengo que despertarme." y entreabría los ojos, y miraba el cuarto a mi alrededor - que una vez mas era el cuarto pero no lo era, y los sueños siempre tan sí pero no - sin poder levantarme, mientras la risita en el cuarto de al lado continuaba, cada vez mas desagradable y yo sin poder hacer nada.
¡Jue horrible!
¡Jue Horrible!
Eventualmente, al cuarto o quinto, "tengo que despertarme!" me desperté, para encontrarme en al cuarto de Zeke - que esta vez sí - y sin risitas desagradables en ninguna parte, pero un peso acá en el esternón que se los regalo...

Y con esa van dos noches seguidas de pesadillas.

No puedo esperar a ver que me tiene esta noche preparada, antes de volver a laburar.


9 comentarios:

zorgin dijo...

yo tuve una abuela que no comía absolutamente nada doppo 7 de la tarde por el miedo a soñar en las noches...
pero ella no tenía un glock con bevilaqcua esperando otro capítulo de sus pesadiyyas.
-diga, este bevilaqcua, era compañerito del cirilo que metieron en cana hace poco?-

Yoni Bigud dijo...

Se me ocurre que usted desea tener tener otro hijo. Pero no soy psiquiatra, y mucho menos interpreto los sueños. Me puedo equivocar.

Un saludo.

Sir Lothar Mambetta dijo...

Hay unas pautas sutiles en sus sueños que dejan clara una necesidad: no ser devorada por un niño violinista.

Un beso.

Agente Smith dijo...

Mentearruinada, jugále unos pesos al 02 (niño) y al 51 (serrucho) por si en tu laburo complotan contra vos mientras estás enferma.

Y a la noche aflojale al carré y los panqueques con dulce de leche.

Tomate un té con dos criollitas con mendicrim mirando una película de Disney, igual vas a soñar con un viejo congelado pero con música de Winnie Pooh.

El Gaucho Santillán dijo...

El tema es lo que comes antes de dormir.

Yo deje de comer bagnacauda, por eso.

Un abrazo.

GABU dijo...

¿Vos decís que volviendo al laburo todas esas horripilantes pesadillas desaparecen?

No será todo una lechuceada ??) de tu jefa por la cantidad de días que ella cree que dejaste en banda el laburo... ¬¬?

P.D.:Mmmmmnosé pero yo volvería al laburo mínimo con un cazón rojo,puesto,opCbulis!!
jajajajaajajaaj

BESOS Y TRANQUINALES :P

Pablo dijo...

Iba a decirle que le afloje a los embutidos pero ya lo han hecho varios profesionales aquí presentes.

Lo único que le digo es que si su niño violinista canibal se logró filtrar en mi inconciente el que la va a ir a buscar soy yo.

Damaduende dijo...

Mujer astuta su abuela, Don Zor...
Ahora, si yo no como nada después de las siete, para cuando llego al laburo a las nueve y desayuno, me como las paredes :(
No, no uste´los confunde. Bebilacqua es compañerito de Caballasca....


Uste´dice que mi inconsciente qué cosa?
Sr Bigud... esperemos que se equivoque...
Besos

Que bien que captó la sutileza, Mambetta.
Hay hombres a los que ese tipo de cosas les pasan por arriba...
Besote

Damaduende dijo...

Gracias por los datos, Agente, nunca me aprendí los números.
Y yo le aflojo, pero los sueños no se detienen!
Preferiría no soñar con viejos congelados y música de Winnie Pooh, no le de ideas a mi incons- demasiado tarde...


Qué tipo de sueños deja la Bagnacauda, Gaucho? Nunca comí - lo tengo en la lista - así que no sabría del tema... Por las dudas la como al mediodía, dice uste´?
Besos


No me sorprendería que mi jefa me las hubiera mandado, Gabu. TOdos los días descubro un detalle mas que me hace notar que en serio no le caigo bien... Y no sé por qué o.0
Tarde, no se me ocurrió lo del calzón rojo...
Mañana te hago caso.
Besos


Y? Fue para allá el rubio canibal?
PAra saber si tengo futuro en transferencia de sueños... Sabe que negocio si lo logro, don Pablo? Yo vi Inception.