Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación
30 oct 2009
Venas y Galletitas de Agua
Ella entró a la biblioteca y marchó medio incómoda hasta el sector de novelas, obviamente la primera vez que venía. La miré pasar, si la gente no pide ayuda... y continué con lo mío.
Al rato se rindió, se acercó hasta mi escritorio y me pidió que le recomendara algo. Seguro. Dejé lo que estaba haciendo y caminé con ella hacia los estantes del fondo.
"¿Qué te gusta leer?"
Se encogió de hombros, el gesto de timidez universal entre los adolescentes.
Asentí, siempre es bueno trabajar con gente que sabe lo que quiere. Hace que el trabajo de uno sea tanto mas fácil. Observé las 4 columnas de novelas - 6 estantes cada una - y dije "Veamos..." y empecé a asomar las novelas que yo sabía eran buenas, entretenidas y pensé que le podían a gustar.
A medio camino entre algo de aventuras y una comedia romántica, me dijo: "Me gustan las historias tristes."
Frené el carro en el que venía embalada, parpadeé y giré en otra dirección, "Ok." Las historias tristes no son mi fuerte, cualquiera que me conoce lo sabe, pero me gusta trabajar con libros y tengo un cierto conocimiento sobre donde se encuentra todo así que le asomé un par.
Finalmente eligió una de Nicholas Spark, A Bend in the Road, al que ya conocía porque que había leído A Walk To Remember - libro que debería venir con un paquete de Carilinas incluido atrás.
"Buenísimo." se lo anoté en su ficha y le pasé el aviso de que tenía dos semanas para traerlo. Eso fue un lunes. Me lo trajo el miércoles.
"¿No te gustó?"
"Me resultó demasiado alegre."
La miré por un par de segundos, sin saber que decir. En serio. El libro se trata de un hombre al que se le muere la mujer - la atropella un conductor borracho - y se muda con su hijo chiquito a un pueblo mientras continua la investigación. Alegre no es la palabra que yo elegiría para describirlo.
Le di Alex de Tessa Duder, sobre una chica a la que se le muere el novio y tiene que lidiar con eso mientras entrena para las Olimpíadas. Todavía no me lo trajo. Si tiene problemas con ese no me va a quedar mas que darle Antígona.
Nadie en su sano juicio puede acusar a las tragedias de los antiguos griegos de ser "demasiado alegres".
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En la misma vena, el otro día una chica SI se llevó Antígona.
Yo, mientras lo anotaba: "veo que te gusta la literatura ligera."
Ella: - mirada en blanco -
Yo, un tanto incómoda: "digo, porque te llevás Antígona", no agregué el jajaja, porque ya hubiera sido patético.
Ella: - mirada en blanco -
Yo, metida por completo dentro del pozo, intenté un último: "... porque es una tragedia"
Ella: "Ah, sí", sonrisa de compromiso.
Yo, para mis adentros: "oooookaaayyy", le pasé el libro, le dije de las dos semanas y me juré no volver a tratar de tener una charla ligera con un existencialista nunca mas.
28 oct 2009
Fuerzas de la Naturaleza
Rosarito tiene en la cabeza dos remolinos. Como si uno no fuera suficiente, mi niña siempre contrera, tiene que dar la nota y tener dos. Lo cual, por supuesto, hace que sea terriblemente difícil de peinar. Sobretodo en estos días, porque hasta ayer que tenía el pelo corto, yo lo cepillaba, la mandaba al colegio y si te he visto no me acuerdo. Ahora que lo tiene largo - porque ella quiere, está cruzada que lo quiere largo como su mamá - tengo que mandarla al colegio peinada como Dios - y las reglas normativas - mandan.
Eso lleva a que en los últimos minutos de la mañana, cuando ya finalmente tomó el Nesquick y se terminó de vestir - que lleva muchísimo tiempo - , la siente frente a mí y al ritmo de sus gritos y mis advertencias - "Quedate quieta, Ro" "Me duele" "Bueno, el sábado vamos a cortártelo" "No!" "Entonces no te muevas!" "Es que me duele muchísimo!" y así... - yo trate de hacerle un peinado decente.
El tema es, que no importa cuanto me esfuerce yo y cuanto la torture a ella, no importa que tan bonitas se vean las trenzas desde el frente o que tan resistente sean, si la mirás de atrás, merced al tema de los dos remolinos, la raya siempre es una S que agarra buena parte del pelo para la trenza derecha de la mitad izquiera y buena parte del pelo para la trenza izquierda de la mitad derecha.
Es una lucha perdida. La gente de ese colegio debe pensar que yo tengo algún tipo de problema psicológico. -
27 oct 2009
Ninguna Buena Obra...
Fui al banco a cerrar mi cuenta - sí sí señores, cerré una… ahora solo quedan 3 en mi colección - pregunté al guardia de seguridad donde tenía que hacerlo, con mi mejor sonrisa, y él fue y me averiguó. Saqué el numero - 10 - y miré por qué número iban - 05 -, calculé que cuanto podían tardar, y me puse los auriculares.
20 minutos después - cuando la mitad del staff, una chica, se fue a hacer no sé qué cosa por enésima vez y dejó sola a la otra mitad del staff, un señor - me di cuenta de que lo que podían tardar era bastante, así que me puse a escribirle un msn a Pato para avisarle donde estaba. A la mitad del msn el guardia vino a avisarme que no podía usar el celular. Sonreí otra vez, esta vez contrita, y guardé el aparato mientras trataba de pensar una vez mas el por qué esa medida. Dos minutos después, saqué el aparato again y escribí dos palabras mas, como quien chequea la música, y lo volví a meter en el bolsillo. Un ratito después, lo mismo. El guardia miró en mi dirección, yo me ajusté los auriculares y me hice la sota. Una canción después, terminé el msn y lo mandé - prohibirme mandar un msn, andá.
Pató contestó en seguida y yo continué en la dulce espera.
Finalmente, la chica que había ido a pintarse las uñas volvió y me atendió. Amablemente apretó los botones pertinentes con sus uñas rojo laca y luego me dio la excelente noticia de que todavía quedaba saldo suficiente en mi cuenta como para el almuerzo. La no tan excelente noticia era que iba a tener que ir a hacer la cola - que había crecido de manera exponencial desde cuando yo llegara - para recuperar mi dinero. Sonreí nuevamente - porque nunca está de mas ser amable -, agradecí su ayuda y marché hacia la cola.
Estaba yo escuchando a John Barrowman - había empezado en la A, y la D es bastante larga - cuando sucedió el highlight de esta historia y vi que a nuestra banda de dolientes se sumaba una chica embarazada con un niño de la mano. Esperé a ver que sucedía en la obra que estábamos montando. Nadie reaccionó - a veces parece que todos hubiéran salido de gajo. A mí ya me faltaban tres personas para escapar… Dos personas… Una. Cuando me tocó el turno le avisé al cajero de la señora de negro con el bombo y el crío y el buen hombre - porque todos somos buenos cuando alguien nos hace acordar - me preguntó si me molestaba y la llamó. Yo sonreí una vez mas - y van cinco - y la dejé pasar. Por suerte para mi conciencia - a la cual yo nunca hubiera vuelto a escuchar si no - la chica no tenía nada muy grosso que hacer y terminó en una canción y media - John B había dado paso a Kristin Chenoweth en mi mañana de musicales.
Para redondear, la panadería estaba llena cuando llegué unos minutos después, asi que me tuve que ir sin comprar nada porque iba tardísimo, lo cual prueba una vez mas que ninguna buena acción pasa sin ser castigada. Si yo no hubiera dejado pasar a la embarazada hubiera llegado antes y hubiera podido comprar torta fritas.
Esto de ser una persona bien educada es una carga, que va´hacer…
26 oct 2009
Género
Henry me dijo el jueves: “¿y si vamos a San Martín a buscar la laptop que le dejé a Cristian?” para dármela a mí, en concepto de que la mía está rota ya que se fundió nomás lo que sea que la conectaba a internet.
Mi respuesta fue: “El domingo está el asado de la Cultu, ¿qué te acordás me dijiste que me ibas a acompañar?”
Hubo un lapso en la conversación, y después, ya sin muchas esperanzas:
“¿Y si no vas?” opción que por supuesto no voló porque detesto decir que voy a hacer algo y después no hacerlo.
Un rato mas tarde Henry insistió:
“Bueno, puedo ir yo sólo”
“Pero yo ya avisé que ibas. Ya compraron todo.”
Henry no dio el brazo a torcer:
“Pensá que si no voy vas a estar sin internet un montón de tiempo,” poniéndome a mí en ese lugar tan cómodo en el que uno suele encontrarse a veces, hacinado entre la espada y la pared. Sopesé mis opciones, con qué tenía yo mas por ganar, llevarlo a Henry a que hiciera sociales - mano izquierda - o dejarlo ir y que me trajera una pc - mano derecha - ummmmmm, ligero balanceo…
“Bueno, si tenés ganas de ir, andá ” cosa que lo tuvo molesto un rato, porque cualquiera sabe que esa frase nunca es un permiso del todo, y finalmente,
“¿Querés que me lleve a la Rorro?”
Y otra vez,
“Rorro tiene un cumple el sábado ” y ya teníamos el regalo y a la chica feliz pensando que iba a ir al cumple de su amiga Pía.
Pero Henry no se rindió,
“Bueno, me lo llevo a Zeke.”
Y ahí sí,
“¿Estás seguro?” porque cabe aclarar que Zeke nunca viajó solo con el padre, y hay que llevarlo con sus pañales, sus memes, sus mil pequeñas manías de niño pequeñito.
“Sí, le pregunto al abuelo si quiere venir y hacemos un fin de semana de hombres ” el abuelo dijo que sí, y allá partieron, los tres hombres a San Martín, dejándome a mí con Rosarito emocionadísima porque iba a tener un fin de semana de chicas solas, cosa que disfrutó tanto - fue al cumpleaños, fuimos de compras, elegimos el color para mi pelo, fuimos de paseo, vimos películas de princesas, me ayudó a teñirme el pelo, fuimos al asado de la Cultu, dormimos la siesta, la tuve pegada al costado todo el tiempo que le resultó humanamente posible - que cada tanto me decía “¿viste que bueno que no están los chicos?"
Lo que por supuesto llevó a que, cuando se despertó de la siesta y a la llegada de los hombres de la casa, se pusiera a llorar al grito de:
“¡Yo quiero estar sola con vos!”
Después la convencieron - entre mimos y juegos - de que tenerlos en casa no era algo tan malo, pero por un momento, el ser hija única de madre soltera, fue el sueño del pibe... para ella.
24 oct 2009
Venganza
Vino ayer a la tarde Juan Cruz, un amigo de Rorro, a jugar a casa.
La pasaron bomba. Corrieron por todas partes y alrededor de todo, jugaron a todo lo que pudieron jugar, hubo carreras, persecusiones y manchas, tomaron el té con galletitas alrededor de la mesa grande, e hicieron basicamente todo lo que los chicos de cuatro años hacen cuando tienen tiempo, espacio y energia - que de los tres es lo que les sobra. Y atrás de ellos, como una mini sombra, Zeke, con sus dos años recién cumplidos, que aun cuando todavía no está a la altura de los otros dos, ya está en una posición mas favorable para ser incluido en las carreras, las persecusiones, las manchas, las tomadas de té con galletitas alrededor de la mesa.
De mas está decir que el petiso estaba feliz.
Así pasó la tarde hasta que bajó un tanto el sol y Rorro dijo de ir adentro a jugar a la computadora. Acomodó todo el aparato, eligió el juego, sobornó a su abuelo para que lo abriera, instaló a Juan delante de la pc, se acomodó al lado suyo - no, yo no quiero jugar, yo lo veo jugar a él - y Zeke quedó fuera del equipo olímpicamente.
El enano aguantó el abandono un rato, esperando que las cosas volvieran a animarse, y finalmente, harto de que esta gente no le diera pelota, se escurrió debajo de las dos sillas, se llegó hasta el cpu que está semiescondido al costado del escritorio contra la pared, y sin decir esta boca es mía, apretó el botón.
En mi opinión hizo fantástico, él quería algo y buscó resultados.
23 oct 2009
Tarde pero seguro...
Con la falta de internet que me aqueja en estos días - terrible, terrible - acabo de caer en la cuenta de que no felicité a ninguna madre en su día - no al menos a las madres a las que frecuento vía internet, las que veo bis a bis han sido debidamente saludadas - así que acá va mi saludo.
(Acá va donde me aclaro la garganta y soplo el cosito ese que soplan los mensajeros cantores para dar con la nota correcta)
Bien, entonces, para todas las madres: las que son madres, las que quieren ser madres, las que ya están hartas de ser madres, las madres inminentes, las madres primerizas, las madres con experiencia, las madres que abrazan, las madres jóvenes, las madres mayores, las madres que ya son abuelas, las madres que llaman por teléfono, las madres sorprendidas, las madres planeadas, las madres que juegan, las madres sobreprotectoras, las madres liberales, las madres que retan, las madres que besan, las madres solas, las madres acompañadas, las madres que quisieran estar un poco mas solas y no tan acompañadas, las madres que se preocupan, las madres que están todo el día en casa, las madres que quisieran estar todo el día en casa, las madres que no ven la hora de salir de casa, las madres que son pesadas, las madres que se meten en todo, las madres que dan una mano, las madres que dan un hombro, las madres que esperan, las madres que prestan pañuelos, las madres que prestan ropa, las madres que sonrien, las madres que lloran, las madres que siempre están ahí - y con melancolía a las que ya no están- , espero que en su día la hayan pasado bomba.
22 oct 2009
Si, bueno...
El sábado nos fuimos todos a pasar el día a lo de una amiga en Cipolletti. Su hija Ginny tiene unos 4 años tan terribles como los de la Ro, así que es un plus para las dos cuando la llevo, ya que Rorro se divierte con Ginny y Dani y yo hablamos hasta por los codos de todas esas huevadas que a una tanto le gusta hablar y no suele tener con quien hablarlas… o tiempo.
Estábamos en eso - hablando sabe Dios de qué porque era terriblemente trivial y terriblemente entretenido a la vez - y tomando mate (Dani) y té (yo), cuando se escuchó desde el cuarto del fondo: “¡Mamá!” “¡Mamá de Virginia!” “¡Mamá!” “¡Mamá de Virginia!”
Las dos nos miramos, no sonaba a gran catástrofe realmente, nos pusimos de pie y marchamos en dirección a las voces, Dani a la cabeza ya que por ella clamaban las masas. Llegamos hasta la puerta al fondo del pasillo, cerrada del todo, y Dani preguntó desde este lado: “¿Qué pasó?”
La voz de Ginny sonó cándida: “Se zerró la puerta. No pudemos zalir.”
Daniela, que es maestra de primer grado, me miró risueña y con su mejor tono de cuenta cuentos preocupado, empezó: “No, pero que mal… ¿Y ahora que vamos a hacer?”
Pasó un incrédulo segundo, y luego la Rorro, con ese tajante tono de no-me-jodas que le sale tan bien, contestó seca: “Nos abrís.”
Dani largó la carcajada, abandonó el acto, obedeció y volvimos a lo nuestro.
Rosarito no es una chica a la que le guste que le tiren de la piola, no no.
17 oct 2009
Si los deseos fueran caballos...
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo.
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo y decidió que iba a comprárselo.
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo y decidió que iba a comprárselo para el casamiento de su hermana.
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo y decidió que iba a comprárselo para el casamiento de su hermana porque desde hacía tiempo que no se compraba uno.
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo y decidió que iba a comprárselo para el casamiento de su hermana porque desde hacía tiempo que no se compraba uno, así que pensó en aprovechar el Día de la Madre como excusa.
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo y decidió que iba a comprárselo para el casamiento de su hermana porque desde hacía tiempo que no se compraba uno, así que pensó en aprovechar el Día de la Madre como excusa, y se sentó a hacer cuentas.
…
Esta es la historia de una chica que quería un vestido nuevo.
16 oct 2009
Y sin embargo se mueve... (blog action day)
Me asusta. El calentamiento global. En invierno se me pasa un poco porque, bueno, es invierno y el frío miente un poco el hecho de que el mundo se esté recalentando, pero luego llega el verano, las temperaturas suben y me doy cuenta de que no importa lo que yo haga, las cosas se están saliendo de control.
Rosarito apaga las luces, cierra las canillas, junta papeles y repite como loro que hay que cuidar los recursos porque se van a gastar, pero tengo la impresión de que ya es tarde, y que si bien probablemente Zeke siga su ejemplo, ellos dos contra siglos de decidia no van a ser suficiente. Cosa injusta si las hay, porque no tienen la culpa de haber nacido después de años de descuido, años de basura, años de polución, y aun cuando yo haga mi granito de arena y los eduque para hacer su parte, la verdad se mantiene, es sólo un granito de arena en una playa inmensa de mugre. A esta altura del partido se me hace dificil creer que siquiera juntando a toda la Gente Verde podamos hacer algo para salvar al planeta…
Al tío de un conocido mío le hacía mucha gracia esa frase, Salvar al Planeta. “Al planeta no hay que salvarlo,” decía, “el planeta va a seguir acá, no importa lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer. Lo que hay que salvar es a los seres que pasean en él, porque una vez que quememos y contaminemos todo, va a ser el final, vamos a extinguirnos, y el planeta va a seguir girando, tan tranquilo, y probablemente unos años después otra especie suba al poder.”
Según el profesor Falken van a ser las abejas... yo pongo mis fichas en las hormigas.
15 oct 2009
Un rallador a un tomate...
Hubo un par de chicas en la biblioteca ayer a la tarde, susurrando mientras hacían la tarea, cosa que les llevó la mayor parte de una hora.
Me crisparon los nervios. Tengo que decirlo. Llegó un punto en que pensé en llamarles la atención - en tirarles con algo - cosa que en realidad hubiera sido una maldad porque no podés llamarle la atención - tirarle con algo - a alguien que está siguiendo el espíritu de la carta al pie de la letra. Pero me quemaron la cabeza. Cada SSSSSS sibilante que resonaba atrás mío me abría una brecha en el subconciente y me hacía apretar los dientes.
Yo sé que ellas estaban haciendo lo correcto, que en una biblioteca hay que hablar bajito para no molestar a los demás, que la ira del bibliotecario va a caer sobre nosotros si llegamos a hacer ruido, yo también vi todas esas películas.
Pero ¿susurrar? ¿Cómo si tuvieran este gran secreto nacional sobre como conjugar un verbo? ¿No es mucho? ¿Soy realmente una bibliotecaria tan aterradora? A lo mas lo que yo pretendo es que mantengan un nivel de voz normal. Mi biblioteca no es la biblioteca del Congreso, eramos ellas, yo y un chico haciendo ejercicios. ¿Era necesario tanto aspaviento? ¿Remarcar tanto que ELLAS no estaban hablando? ¿Hacer ese ruido emparentado con las uñas que rascan pizarrones? Probablemente haya sido la novedad de estar en una biblioteca. Considerando lo mucho que les tomó hacer lo que tenían que hacer nunca antes debían de haber pisado una.
Espero que si tienen planeado volver se les pase un poco todo ese über respeto, porque la verdad, la próxima vez que las escuche sisear no respondo...
14 oct 2009
Martes como Lunes
El lunes que viajabamos de vuelta - feliz día de la Raza para todos aquellos que piensan que Colón hizo bien y también para todos aquellos que piensan que Colón tendría que haber dado la vuelta por otro lado y dejarnos sin descubrir, muchísimas gracias - fue el único día en que Zeke durmió hasta tarde. Tipo jodido. Considerando que nosotros somos de esos que cuando se levantan se van - para qué dilatar el momento, es mejor llegar temprano a casa y tener el resto del día para acomodarse - verlo estirarse hasta casi las 9 cuando los otros días a las 7 30 ya estaba reclamando su lugar en el mundo fue un poema de sentimientos encontrados.
Yo me desperté a las 8 20, merced a unos vecinos cargando su auto y haciendo ruido por los cuatro costados. Me pregunto si serían los mismo de la fiesta del sábado. Hay gente que, no hay vuelta que darle, nació para gratinar los nervios de los demás.
Pero bueno, finalmente todos nos levantamos, desayuno mediante, carga de bolsos y partimos. No puedo evitar comentar lo molesto que me resulta el hecho de que una vez que uno sale de San Martín el cielo se despeja - magia magia magia - y uno termina viajando con el sol en la frente todo el freaking camino. Es como si la ciudad tuviera una gloriosa nube propia, llena de nieve y agua, mientras que Neuquén, por el contrario, existiera en el ojo azul y constante de la tormenta, azotada por los vientos, pero nunca del todo visitada por el clima. Esta ciudad no tiene clima. Tiene settings. Sol/Viento - y uno por supuesto no excluye al otro. Si llueve es una falla en el sistema.
Llegamos a eso de las 3, dormimos todos siesta hasta las 6 y fue día de panqueques y panchos.
Y ahora martes, soleado y ventoso - me duelen los oídos, estúpido estúpido viento -, de vuelta al ruedo.
... Ya extraño la nieve.
12 oct 2009
Y aún así, bliss...
Terminamos de acomodar todo, Henry llego a buscarnos, preparé la netbook para bajarla con la cartera, bajamos la mitad de las cosas, subí mi bolso a la camioneta, Henry estaba subiendo a Zeke, Rorro estaba sentándose y yo de golpe tuve una visión. Me enderecé: "Rosarito, ¿vos cerraste la puerta cuando saliste?"
"Sí."
"... Yo dejé la llave colgada... Henry, ¿vos?"
"... No"
"Y la madre que lo re mil parió."
Hubo que llamar a Susan, que ya estaba en San Martin, para que nos consiguiera el cell de la vecina que no estaba en su casa, a la cual hubo que ir a buscar - no encontrábamos la calle -, traerla hasta su casa, abrir la puerta - gracias a Dios - juntar lo que faltaba - mi netbook, mi netbook, mi queridisima netbook y demás - y llevarla de vuelta a donde la habíamos encontrado - la calle fue mucho mas fácil de encontrar la segunda vuelta. A través de eso hubo que tranquilizar a Ro que no paraba de pedir perdón... El plan de salir temprano se corrió 40 minutos y el buen humor con el que había empezado todo empezó a aguarse un tanto.
El viaje en sí, una vez que logramos salir de la city, no estuvo tan mal. Se alargó muchiiiiisimo merced a que nos agarró la lluvia antes de Zapala y después se nos hizo la hora, o sea que los "precaución, comienzo de camino sinuoso" hubo que hacerlos a oscuras. A Henry le gusta manejar de noche, asi que nada, pero aun así llegamos cerca de las 12. Los niños durmieron gran parte del camino, por ende hubbie y yo queríamos dormir, por favor, por favor, por favor, y tanto Zeke como Rorro estaban listos para la siguiente ronda. Costó que se durmieran... costó hasta las 3 am, costó.
Al día siguiente up a las 7 15 - ah, la felicidad - desayuno en la chocolatería, paseo hasta Chapelco - ¡nieve! - Rorro protestó de subida y de bajada porque quería ver a sus primos. Si así es ahora, que queda para después, cuando realmente no quiera pasar tiempo con nosotros...
"Rorro, mirá el paisaje, que lindo, está nevando!"
"No quiero ver, quiero volver a la cabaña!"
"Pero los chicos no llegaron!"
"No te creo!!"
Después de almorzar - con los chicos finalmente - salida de excursión. A un lugar que quedaba leeeeejos y a mi me engañaron, me dijeron que quedaba cerca y yo quiero ir a dormir... Llegamos al Parque Nacional Algo, nevaba que daba gusto. Zeke y su resfrío no se quisieron bajar, los demás se fueron a pasear y volvieron helados.
Vuelta a casa, compra de torta - para soplar las velas de zeke que eran toda la excusa del viaje - cena en casa, niños corriendo por todos lados y finalmente a a cama, bendita cama - aun cuando es curioso el hecho de que uno viaja lejos en busca de la paz y los vecinos al lado tienen una fiesta con la musica al mango. Resuena de lindo el bajo en la montaña...
Up a las 7 45 - vamos mejorando - desayuno en casa y paseo a Chapelco again, donde la nevada del día anterior ya se había asentado y estaba lindo lindo lindo. Zeke again paseó - en brazos - treinta segundos y de vuelta al tutu. Rorro, padre y abuelo se pasearon entre los arboles nevados un rato mucho mas razonable.
Y ahora, despues de un almuerzo de carne al horno - sobras de anoche -, estofado - sobras del mediodia - y torta - sobras de cumpleaños - estoy lista para la siesta.
Confío en que Zeke y Ro también.
ETA: Siesta, gloriosa gloriosa siesta.
9 oct 2009
Cielos de Calicó
Cuando Zeke nació yo tenía pegada una canción de Paul McCartney. Calico Sky. La había escuchado en el programa de Dolina un par de noches antes, me había gustado mucho y la había buscado en internet. Recuerdo estar acostada en mi habitación en la clínica, en mitad de la noche, con el mini bebé - como le decían por ese entonces, ja, ilusos - reclinado contra mis piernas, y cantarla despacito, pensando sin pensar, en esos momentos en los que uno se deja llevar por la corriente, en lo acertada que me resultaba la letra para ese momento en la semipenumbra… Es curioso, no creo habérsela cantado muchas veces después de eso, a Zeke nunca le gustó que le cantaran para dormir. No es un chico al que le guste dormir en brazos realmente, excepto cuando está enfermo. Y aún así, la mayoría de las noches, cuando lo abrazo antes de llevarlo a dormir, la bendita cancioncita me tararea en el fondo de la cabeza,
Estaba escrito que te amaría/Desde el momento en que abrí los ojos/Y el primer momento en que te vi/Me llenaron de luz los cielos de calicó.
Cuesta creer que hoy se cumplen ya dos años de vivir con esa melodía.
Confío - espero, deseo, necesito - sinceramente y apelando a todos los dioses que estén de guardia esta noche, el seguir escuchándola el resto de mi vida.
http://www.youtube.com/watch?v=_KPYdRlFE_U
8 oct 2009
La raiz del miedo
Leí una vez que cuando uno tiene hijos con los hijos nace el miedo. Que uno antes creía que tenía miedo de las cosas - las arañas, la inseguridad, los ruiditos, el calentamiento global - pero que no era del todo real. Que si bien es cierto que uno antes temía por si mismo, hasta que uno no tiene hijos no sabe la medida exacta de lo que es realmente tener miedo.
Estoy completamente de acuerdo con la persona que escribió eso. Creo que nunca en mi vida tuve tanto miedo como cuando me dijeron que Rorro tenía el SUH.
Pero eso ya pasó, fue hace casi dos años y la Rorro baila donde los ángeles no pisan. Lo que me compete ahora es que anoche estaba quedándome dormida y haciendo esos malabarismos mentales que uno hace cuando está entre el sueño y la vigilia - solucionando problemas, imaginando otros, siguiendo hilos dentro y fuera de laberintos -, me puse a pensar que quizás todos tengan razón y que sería mas fácil si yo fuera en avión al casamiento. Una idea llevó a la otra y cuando me quise acordar llegó la imagen mental de todos nosotros en el avión y el pánico ya familiar me invadió. Distraída hice el ejercicio mental de imaginar como sería si estuviera yo sola en el avión, y me di cuenta de que el pánico retrocedía, como la marea, dejando solamente arena mojada.
No soy yo la que tengo miedo de volar. Nop. Mi vida no tiene mayor - o menor - valor para mí que el que tenía cuando volaba de acá para allá sin siquiera pensarlo. Lo que yo tengo es miedo a que mis hijos vuelen. Y sé que suena a metáfora complicada y sesuda y que cualquiera por ahí se haría un festín poético, pero no. Lo que yo tengo es un miedo atroz a que se suban a un artefacto mecánico que contra toda lógica y razón despega del suelo, arriesgándose a todo lo que puede salir mal en un despegue, sube a miles de metros por encima del nivel del mar, se mantiene suspendido en el aire, sostenido por combustible, ingenieria y religión, por casi dos horas, para luego volver a acercarse a tierra a velocidades vertiginosas y arriesgar a todos sus pasajeros una vez mas a una muerte explosiva antes de detenerse.
Así que nada, no creo que haya pastillas suficientes en el mundo que logren que yo me suba a una de esas cosas y deje de pensar en eso, so, a todos los siguen intentando convencerme de que viaje en avión, back off. Yo voy a ir en bondi con Zeke - 50% de presión off -, llegaré a la capital por la mañana, y cuando esté allá y llegue la hora de salida del avión en que van a viajar Henry con la Rorro, ahí sí, voy a dejar al cachorro con mi viejo y me voy a dopar para no pensar en mi niña volando, porque lo pienso ahora - que faltan dos meses - y la idea me llena de espanto.
7 oct 2009
Arrítmico
Sé que esa frase va a dar que pensar a algunos, porque qué razón podría yo tener para andar mirándole el traste a una chica - como si uno en realidad necesitara una excusa para andar mirándole el traste a alguien - pero no, en realidad hay una razón, y por eso es que ando admitiendo así como así que durante mas de dos cuadras no pude evitar el ser distraída de mi entorno por el susodicho trasero.
Todos los que alguna vez le miraron el derriere a una señorita o a un caballero - y todos lo hemos hecho, no sean tímidos - saben que, por regla general, los traseros se mueven en un ritmo de dos por dos. Se mueve la pierna, se mueve el gluteo, uno, se mueve la otra pierna, se mueve el otro gluteo, dos. Uno, dos, uno, dos. Va y viene. Algunos con un balanceo capaz de sacarle un ojo a alguien, algunos con tan poca gracia que pareciera tienen miedo que alguien los acuse de querer ser la proxima reina del carnaval, es indistinto, pero como sea, va a ritmo de dos. Va y viene. Es una cuestión de ingenieria biomecánica.
Esta chica que nos compete, por alguna de esas cosas que tiene la naturaleza, movía el traste a un ritmo de cuatro. Era algo muy curioso. Se movía la pierna, se movía el cachete de la cola y después, como si se hubiera retrasado y tuviera que alcanzar al resto del equipo, se movía la parte mas baja del cachete, de forma extráñamente espástica, haciendo de algo que tendría que ser un movimiento fluido en un tiempo, algo ligeramente fracturado, como un veloz staccato. Y luego la contraparte. O sea que el balanceo, que en otra persona sería un agradable meneo en uno, ida, dos, vuelta, en ella era un curioso uno, ida, dos, ida, tres, vuelta, cuatro, vuelta.
Y lo que llamaba la atención - o al menos mi atención, que puede notarse que cuando ando por la calle no soy de las personas que miran el tránsito - es que no era un traste enorme, un traste que no sorprendería a nadie que tuviera varios ritmos, una subcultura y su propia gravedad ya que estamos en ello, no, era un traste razonable, de chica sana y bien alimentada, nada que bien vestido y en otras circunstancias - el jogging blanco no era la mejor elección - no se dejaría admirar.
Me pregunto si ella sabe las cosas que hace su trasero a sus espaldas. No creo, estoy bastante segura de que ninguno de todos los que la han mirado pasar - yo por lo menos no lo hice - se ha tomado el trabajo de ir hasta ella y decirle… ¿qué?… : “disculpe, señorita, pero ¿sabía usted que su culo se mueve a cuatro tiempos?”
Dudo sinceramente que lo fuera a tomar a bien.
6 oct 2009
El delantero del equipo de hockey
Iba a escribir una fabulosa diatriba al respecto de lo caro que está el mundo y la hijaputez de la gente que está a cargo.
Tenía en la punta de la lengua una larga protesta respecto al delirio monetario en el que parecen vivir las personas que ponen el precio de los pasajes en colectivo y hasta cuando van a seguir subiendo, porque si salen lo que salen ahora, ¿a cuánto los van a aumentar cuando llegue la Navidad y las vacaciones, que es cuando realmente se ponen las pilas?
Estaba preparada para explayarme sobre el hecho de que viajar hasta la capital para el casamiento de mi hermana me va a costar un chanchito y medio, y como entre los pasajes, la estadía y la ropa nueva - de los otros, porque yo definitivamente voy a pedir un vestido prestado - todo la joda iba a salirme el Año Nuevo.
Estaba lista para gritar y rasgarme las vestiduras por escrito, para llorar en imprenta y putear en negrita.
Pero no lo voy a hacer. No vale la pena. El mundo es el mundo y si empiezo a protestar en esta punta, para cuando me quiera acordar voy a estar protestando en la otra por todas las cosas que están mal y tampoco puedo cambiar.
Pero estoy segura de que alguien, algún día, en alguna parte, va a agarrar un palo de hockey y no va a tener mi autocontrol. Y ni hablar de que no se va a conformar con ponerlo por escrito.
4 oct 2009
La vie en rose
Las mudanzas son agotadoras, caóticas y sucias. Incluso las pequeñitas, como ser de un cuarto a otro. Mas cuando el cuarto destino está lleno de cosas que no pertenecen ahí y tienen que ser trasladadas a su propio cuarto destino. Por qué finalmente Zeke tomó posesión de su cuarto. Después de un año y medio - o poco mas - Rorro nos autorizó a que sacáramos la practicuna de su cuarto y la lleváramos a donde pertenece.
Para los que no sepan de qué hablo, cuando Zeke nació tenía su propia habitación - una habitación la mar de bonita, con cuadros y adornos y etc - al igual que la Ro. Para cuando Zeke tenía 4, 5 meses la Ro empezó a tener pesadillas y a decir que no le gustaba dormir sola. ¿Qué hizo la madre de la chica? Sacrificó a su hijo menor en haras de la paz mental y lo trasladó al cuarto de su hermana. Las pesadillas terminaron por arte de biribirloque, todos volvieron a dormir felices y a comer perdices. El cuarto de Zeke se convirtió en el "estudio/cuarto invitados/cuarto de vestir/deposito de libros" de la casa, en espera del día en que Zeke, como el principe de los cuentos, tomara posesión de su herencia.
Después de varios intentos infructuosos - "¡¡No!! ¡¡No se lo lleven!! ¡¡No quiero dormir sola!!" - el asunto se resolvió por sí mismo cuando Rorro, una tarde haciendo las compras, decidió que quería unas sábanas de princesas, y que ese era el principio del total makeover para convertir su cuarto en un cuarto principesco - "y también tenemos que pintar ese tigre blanco de rosa, para que sea de chicas..." creo que eso fue lo que mas me impactó. No hay ni que aclarar que la presencia de un hombre - aun uno de dos años - en medio de la explosión Barbie le aguaba todo el estofado, asi que muy seria nos indicó que ya era hora de que su hermanito se mudara de cuarto, que muchas gracias, pero que ya era grande y podía dormir sola.
Conclusión, de un día para otro y sin solución de continuidad, estuvimos de gran mudanza. La gran mudanza implicó sacar la enorme biblioteca del cuarto y llevarla al mío, algo no tan dificil como creía - se dejó empujar bastante bien, Zeke incluso la empujó un par de metros por el piso plastificado, mi futuro patovica -, sacar el escritorio de Henry y llevarlo al mío, tratar de no llorar frente a la súbita falta de espacio en mi cuarto, llevar la cuna de Zeke a su "nuevo" cuarto - cosa complicada de hacer porque después de resistir los embates de dos críos llenos de energía a esa practicuna se le traban los costados, o sea que hay que maniobrar que da calambre para sacarla por la puerta, llevarla por el pasillo y doblar en la otra puerta -, mover de un lugar a otro la cama de invitados - que ahora oficialmente se convirtió en la cama de Zeke para cuando deje la cuna -, mover las dos cómodas que no se van a ir a ninguna parte para que queden mejor ubicadas - y taparlas con un motivo infantil -, colgar de vuelta los cuadros y los estantes originales, poner las entradas de internet - porque ahí es donde terminó el modem inalámbrico - arriba del susodicho estante, conseguir una caja para los juguetes de Zeke, rastrear todos los juguetes de Zeke y finalmente ordenarlo y limpiarlo todo.
Por supuesto, cuando terminamos de hacerlo todo, Rorro se acercó a nosotros y dijo "Y en unos días lo mudan a mi cuarto de vuelta, si?" Pude ver por la expresión de los ojos de Henry que la respuesta iba a ser un tanto brusca, por lo que me adelante y le contesté, "Por supuesto, Ro, en seis meses evaluamos el estado y si la situación lo amerita hacemos el cambio ", porque a estas alturas ya aprendí que ante esas cosas lo mejor es patear la pelota y ver que pasa. Ella me miró muy poco convencida - somos pocos, nos conocemos mucho y mamá yo no me chupo el dedo - pero yo agarré las sábanas nuevas, le ofrecí ir a ponerlas y la vida en rosa continuó.
2 oct 2009
Psicósis
Henry les compró a los chicos hace un tiempo dos titeres. Un perro y un pato. La particularidad de este perro y este pato es que cuando uno se los pone en la mano y les cierra la boca - y el pico -, los bichos estos ladran - y graznan - canciones conocidas, tales como Brilla Brilla Estrellita, o El Viejo McDonald.
A Rorro le encantan, a Zeke la dan miedo.
Anoche, después de haberlos perdido de vista por mas de un mes, Rorro los encontró en una de las mil cajas de juguetes que hay en su cuarto y se dedicó a perseguir a Zeke por el living al ritmo de Oh Susannah. Mientras tanto, yo en la cocina trataba de hacer puré de papas mientras el chico, al borde del moco, venía cada treinta segundos a refugiarse detrás de mis piernas.
“Rosarito, dejá en paz a tu hermano, o tiro el títere por la ventana.”
“Bueno, mamá”, el títere desaparecía por espacio de dos minutos, Zeke se asomaba al living y todo el asunto volvía a empezar.
Finalmente me cansé - hacer puré de papas puede ser muy estresante - y la corrí a Rorro hasta su cuarto como quien apura gallinas hasta el gallinero, y una vez dentro le cerré la puerta - algo que nunca la detiene realmente -, a ver si así teníamos aunque mas no fuera dos minutos de paz.
Volví a la cocina triunfante, lista para terminar con la cena, y Zeke me recibió indignadísimo por lo que yo acababa de hacer.
Aprendí tres cosas: a) a Zeke le van a gustar las películas de terror, b) a Rosarito le gusta asustar a la gente, y c) a Zeke no le gusta nada que le apuren a la Rorro.
1 oct 2009
Cuando las ramas...
Estoy leyendo una novela, la cuarta en una serie de seis.
La historia trata, mas o menos, sobre una chica criada por una raza de lobos superdotados - por decirlo así -, que vuelve al mundo de los humanos y a todo lo que esto significa para alguien que creció pensando que era un animal. A grandes rasgos. Trazando fino, y la fantasía siendo lo que es, a eso hay que agregar un mundo pseudo medieval, unos ancestros mágicos desaparecidos, animales que son gente - es decir que piensan y se comunican como seres humanos -, un grupo de compañeros y un sinnumeros de rarezas mas, que es lo que hacen que uno esté leyendo estas cosas y no el número mas reciente del National Geographic.
El primer libro, con Firekeeper - la heroína -, Blind Seer - lobo de la manada - y los demas - variopintos personajes -, era muy bueno, si bien pecaba de tener demasiadas explicaciones al respecto de las intrigas palaciegas y quién era pariente de quién, etc, etc. Como la mayor parte de la historia se centraba en quién era el próximo sucesor al trono - y en como encajaba la pibita y sus excentricidades en los rangos de la realeza - uno se lo bancaba.
El segundo, que ya iba un poco mas de lo mismo, también pasó rápido. La chica y los demás iban de viaje a recuperar unos cosos mágicos que eran una amenaza - todavía no descifro exactamente para quién - a un país vecino y era entretenido. También había demasiadas descripciones sobre política y aristocracia - ahora del nuevo país, mas basado en China que en la Europa medieval y no fuera cosa que nos quedaramos con alguna duda - que bueno, era molesto, pero allá íbamos. Las aventuras estaban bien descriptas, uno se dejaba llevar y pasaba sobre las eternas explicaciones.
El tercero, en donde ya todos nos dimos cuenta que lo que esta chica quiere es poder cambiar de forma porque vivir enamorada de un lobo - Blind Seer, antes mejor amigo ahora rebautizado interés romántico - no está funcionando, resultaba un poco mas ágil, ya que sucedía mitad en este país, mitad en el otro. Como ya los conocíamos, la autora no pudo explayarse - tanto - en sus amadas explicaciones políticas, y las que puso - porque obviamente no podían faltar - no resultaban tan engorrosas. Un poco nomás.
Ahora voy por el cuarto. Esta mujer obviamente se ha dado cuenta de que ya sabemos bien - y mas que bien - los tejemanejes políticos de los dos paises visitados, así que ¿por qué no agregar un tercer país? Algo con sabor hindú. Cuestión de poder explicar todo un nuevo sistema de creencias políticas y religiosas en exagerado y doloroso detalle. La historia de Firekeeper y su busqueda de identidad está ahí - juro que sí, en alguna parte, si no ya hubiera volado el libro al joraca - pero está completamente superditada a todo un nuevo complot para derrocar un gobierno. Se me está empezando a hacer cuesta arriba todo el bendito asunto.
A estas alturas estoy considerando seriamente el no leer el quinto y el sexto libro. Tengo miedo de que mas paises se pueda sacar esta mujer de la galera.