Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

22 dic 2009

Se Vive Se Aprende


Fuimos al supermercado el sábado por la tarde. Hicimos la compra y nos pusimos en la cola. Por esas casualidades - todavía no habían pagado el aguinaldo - no había tanta gente así que no era muy larga. En una de los costados, en los stands de compras de último momento - lo que me lleva a un paréntesis momentáneo. En Jumbo en los stands de compras de último momento han puesto Bonsais. Bonsais. ¿Quién compra un Bonsai como algo de último momento? ¿"voy a llevarme una lata de coca, un paquete de chicles, dos pilas y un Bonsai"?... ¿Quién ordena estas cosas?
En fin.
En los stands de compras de último momento, decía yo entonces, había colgadas bolsitas de red llenas de canicas y Rorro empezó su letanía.
"Quiero canicas." "Quiero canicas" "Comprame unas canicas" "Por favooooooooor" "Porfiiii" con ese tono penetrante destinado a desmoronar las defensas paternas.
Siendo sábado a la tarde, queriendo irnos de una bendita vez, ni el padre ni yo estábamos de humor realmente como para darle pie así que dijimos que no y abandonamos el lugar, previa entrega de todo nuestro dinero a la señorita detrás de la caja, que no pareciera, no no, ella en su uniforme de polyester, pero es capaz de robo casi a mano armada con la mejor de las sonrisas.
El día continuó su marcha y yo, ilusa, pensé que el cuento había terminado, pero no, sólo era la punta del iceberg. En lo que duró el fin de semana Rosario debe haber pedido bolitas y/o canicas alrededor de 377 veces - give or take - y yo finalmente claudiqué el lunes al mediodía. Todo ser humano tiene un límite y el mío parece ser llega hasta el pedido numero 378. Creí que podría resistir, pero no. Estoy segura de que me sangraba una oreja.
Salí de laburar el lunes a la tarde y me embarqué en la busqueda de bolitas, sabiendo por Susana que la Ro se había pasado la tarde diciéndole a todo el mundo que su mamá le iba a traer una bolsa de canicas y que ella iba a esconderlas para que su hermano no se las metiera en la boca y toda una serie extra de indicaciones y afectaciones respecto a las bolitas que yo iba a traerle.
Ahora, quiero que todos ustedes sepan, no hay bolitas en todas partes como yo ingenuamente creí. Nop. Walmart si tiene. Flipper, el kiosco grande al lado del hospital, Puerta Norte, Pamplinas, el local de al lado de Pamplinas, Giro Didáctico, la librería papelería cerca de la plaza, Azza y el local de decoración en la avenida - que sí tiene gemas - no tienen.
Finalmente, cansada de dar vueltas por Neuquén, me rendí, fui hasta el mercadito a dos cuadras de mi casa a comprar algo para la cena, y por supuesto, porque la vida está configurada de esa manera, en el mostrador del kiosquito de junto, había colgadas nada mas ni nada menos que cinco bolsitas de red llenas de canicas.
Ni que decir que en mi felicidad - ya me había visto llegando a casa con las manos vacías y teniendo que soportar horas de llanto desilusionado - compré dos bolsitas, las metí con la prepizza y demases de la bolsa y partí hacía casa.
Rorro no dijo hola que me sacó las canicas y corrió a esconderse a su cuarto - madre, padre y abuela taladraron en su cabeza que sólo puede jugar a las bolitas lejos de Zeke - con una lata de leche Nido donde volcarlas y una sonrisa de oreja a oreja. Fue un momento dulce...
Por supuesto, el interés por las benditas bolitas le duró veinte minutos, mientras que la lastimadura que me hizo la sandalia en el empeine durante mi deambular me va a durar varios días. Pero ya aprendí que el tema es o claudicar a la primera o resistir al menos hasta el pedido 602.

5 comentarios:

zorgin dijo...

de niño, yo tuve una bonita coleccion de bolitas. unas muy pocas regaladas y encontradas, la mayoría ganadas en largas tardes de sangrientas tenidas estivales, "al hoyo" o al "triángulo", partidas que terminaban cuando algún adulto gritaba "vaaaamos quesdenocheeee!!"
pero un buen día, en época escolar, llegué a mi casa y me encontré a mi hermano mayor (que cursaba en otro horario los estudios), destruyento mi colección de bolitas arrojándole, sistematicamente, con una honda (gomera), un bolón de acero, que por supuesto las hacía añicos.
de más está decir que conviviendo con semejante ser, opté por no tener más bolitas.
enseñanzas como esta forjan el espíritu. :)

Eli dijo...

Justo ayer encontré una bolsita de canicas (o bolitas, como les decía en el cole) en un lugar muy insólito. Y me re sorprendí, pero no por donde las encontré, sino porque creo que hacía tanto tiempo que no veía una canica que ya me había olvidado que existían :P
Saludos!

Damaduende dijo...

Zorgin, lamento lo de su hermano. Escuchar eso me hace darme cuenta de que yo como hermana mayor fui fabulosa :P
Eli, a lo mejor la bolsita de bolitas que encontraste era la mía, que cansada de que yo la tuviera guardada se traspapeló en el espacio/tiempo y se fue a buscar a alguien a quien sorprender... Y por eso cuando la fui a buscar donde se suponía que estaba, no estaba mas :)

stirwool dijo...

Un relato bíblico nos cuenta de como se derrumbaron las murallas de Jericó (Libro de Josué (6:6:1 - 6:6:27)
Girando en torno a la muralla y tocando las trompetas hasta que se derrumbaron. Hoy en día los niños aplican la "estrategia de las trompetas de Jericó" aunque no lo sepan. Se derrumbaron tus murallas, claudicaste y terminaste comprando las benditas canicas. ¿Efectivo no?

Damaduende dijo...

Stirwool: Sip, "las trompetas" son efectivas. Mi problema - mi falla - es que me he dado cuenta estos días que tengo el No rapidísimo. Digo que No antes siquiera de calcular todas las ramificaciones, y entonces, para cuando ya la chica está rogando yo estoy cayendo en la cuenta de que si hubiera dicho que Sí no hubiera pasado nada y ella hubiera sido feliz. Tengo que aprender a pensar un poco, porque si no la otra va a pensar que cada vez que aflojo es porque ella "tocó las trompetas" - que a veces pasa, uno es humano - y no porque me di cuenta yo de que fui una pava al decir que no tan rápido, o lo que es peor, manteniendo unos No terriblemente arbitrarios.