Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

12 oct 2012

Recuento

Han sido unas semanas de lo mas movidas.
El primer fin de semana largo, nos fuimos hasta Bariloche.
Como al hombre de mi casa le había agarrado un estressaso la semana anterior y se le había paralizado media cara - sí, un susto, pero descartamos enseguida cualquier causa neurológica y quedó archivado como un estressaso, si fue otra cosa nunca lo sabremos - y no podía manejar, mi suegro, que está al pedo, se ofreció a acompañarnos y manejar.
Sí, no, ya sé, otro hubiera suspendido todo el asunto, pero H tenía un seminario de no sé qué cosa y ya estaba pagado y anotado - amén de estar pagada y anotada la cabaña - por lo que aceptamos la graciosa oferta y nos piramos de la ciudad.
El viaje estuvo muy agradable.
La cabaña era simple, pero cómoda, y tenía un jardín con juegos, por lo que mientras el hombre de la casa estaba estudiando y mi suegro durmiendo, nosotros tres nos pasamos las tardes al sol.
Además, aprovechando la presencia de mi suegro, pudimos ir H y yo a la cena despedida del seminario, a la que yo no hubiera podido ir si el abuelo de las criaturas no hubiera estado en la zona para cuidarlos.
Redondo redondo, resultó todo el asunto.

El fin de semana siguiente, los cachorros de mi casa partieron a San Martín al cumpleaños de su primo que vive por allá. Como a mis suegros les habían prestado una cabaña donde trabaja mi cuñada, daba igual si iban dos o si iban cuatro, por lo que sin mirar hacia atrás - estoy criando dos criaturas de lo mas independientes... esto va a volver a morderme en el tujes, estoy segura - allá partieron los dos.
Fue un fin de semana pacíiiiiiiifico, sin "mamamamamammamamamamamamamma" constante.
Tuvimos gente a comer en casa, salimos a pasear, descansamos, recordamos que hubo una vez en la que eramos sólo dos... Fa, que recuerdos aquellos...
Y el domingo a la tarde llegaron mis querubines de vuelta y volví a estar entera.

El fin de semana después de ese - este que pasó - me fuí yo sola a Buenos Aires - el pasaje esta carísimo, la Ro me detestó cuando se enteró que no la iba a llevar - a visitar a mi hermana - que está embarazada de vuelta, sí sí, gracias por las felicitaciones, se las paso -, a mis amigas, y todos los parientes que me entraran en dos días.
Muy pocos días, mucha gente, pero lo logré bastante bien.
Mi madre se ofendió porque en las corridas a ella no la fui a ver, y tiene razón, pero ella no vive en la Capital y yo tenía medio sábado, un domingo y medio lunes, y no iba a pasarme todo el domingo viajando en el 57 sólo para ir a verla, lo lamento, pero no.
Sí, suena mal, pero bueno. Es lo que es.
Ya me perdonó.
La pasé muy pero que muy bien.
Dormí todo el viaje de ida - hubo un error burocrático a mi favor, que no suelen haber muchos de esos, y me tocó viajar en coche super cama, por lo que viajé acostada las catorce horas - y casi todo el viaje de vuelta - no hubo error burocrático, pero los coches ejecutivos no están tan mal.
Traté de ver la película a la vuelta, pero pude apreciar realmente lo poco que veo de lejos cuando no sólo no pude leer las letras de los títulos si no que estuve un rato tratando de descifrar los rostros de los protagonistas.
"Esa es... ¿Esa es Jennifer Lopez? ¡Sí! Yo vi esta película... ¿O no? ¿Quién es él?"
En mi defensa, yo estaba en el tercer asiento y el televisor estaba adelante del primero. Así no se puede, no me jodan. No, no voy a admitir que si hubiera estado en el segundo tampoco hubiera podido leer los créditos, Bebilacqua, así que callesé.

Me enamoré de una saga de libros en estos días también, por lo que estuve pegada a las páginas, otra cosa que tuvo ocupados mis días. Monster Hunter International, de Larry Correia. Cualquiera al que le guste leer libros de acción, humor, fantasía, aventuras y explosiones por todos lados, tiene que leer estos libros. Es el equivalente literario a una película pochoclera. Una vez que se empieza a leer no se puede soltar hasta que se termina. Hacía mucho que no leía un libro que me hacía moverme en el asiento, o exclamar en voz alta, o llevarme una mano a la boca de la impresión frente a lo sucedido.
Esos son los mejores libros.

Y ya que estoy promoviendo cosas y contando donde he estado metida estos días, tengo que recomendar una serie española con la que me enganché. Pulseras Rojas. Es sobre un grupo de chicos que viven en un hospital. Sí, es triste, están todos enfermos, obviamente, si no no vivirían en un hospital, pero la raíz de la historia es que enfermos o no, son chicos, y hacen cosas de chicos.
Es muy entretenida, y me veo venir que voy a llorar como una tarada para cuando termine con los 13 episodios que me conseguí.

Así que así han estado mis días. Sin prisa, sin pausa.
Mis niños además están teniendo una semana de receso, sólo por que sí, porque su colegio decidió, así que estoy aprovechando para dormir un poco más. Levantarme a las ocho en vez de las seis y media es un lujo.
Ya detesto la semana que viene. Toda responsable y seria ella.
Estúpida.

No sé ustedes, pero mi nave, gracias a Dios, Buda, Alá y cualquiera que quiera darse por aludido, va.


18 sept 2012

Conclusiones


Han implementando en la ciudad un nuevo sistema de estacionamiento.
No, bueno, el sistema de estacionamiento es el mismo, ese que yo todavía no consigo dominar. A saber, uno pasea hasta encontrar un lugar libre, y luego maniobra hasta meter el auto en dicho lugar, tratando de hacer la menor cantidad de maniobras y recibir la menor cantidad daños posibles.
Las cosas básicas no cambian.
Lo que ha cambiado sí, es el sistema de cobro del estacionamiento medido.

Yo sostengo que la mejor manera siguen siendo los parquímetros a monedita, pero a mí nadie me escucha, así que no tiene sentido seguir insistiendo.

Durante unos años el sistema que imperó por la zona era uno de tarjetas. Uno compraba una tarjeta, le cargaba tanta cantidad de plata, el modelo y la patente del auto, y cada vez que estacionaba tenía que caminarse hasta el centro de la cuadra - mas o menos, tampoco era que estaba ubicada la cosa con una regla métrica, no jodan - donde había una torrecita magnética o mágica o algo. Uno pasaba la tarjeta y voilà, quedaba registrado que uno estaba estacionado. A la hora de irse, uno caminaba hasta la torrecita otra vez, pasaba la tarjeta una vez mas y voilà 2, uno estaba desestacionado.
No era la gran cosa, pero la nave iba.
No sé qué pasó con esa empresa y sus torrecitas.
Hará cosa de un año dejó de funcionar y las veredas se volvieron tierra de nadie.
Sí, un quilombo padre.

El mes pasado, el nuevo sistema medido que la nueva empresa venía barajando entró en vigencia.
Este sistema funciona a través de celular o internet - jodete si no tenés ni uno ni otro, no sos parte del nuevo siglo, adaptate o morite... Aaaah... bueno, está bien, tampoco es tan así, hay un sistema para ellos también, pero no sé cual es...
Entonces, decía yo, el sistema nuevo. Cada cuadra tiene asignado un número y una letra y la plata se carga por teléfono, no en una tarjeta. Así, cuando uno estaciona, manda un sms a un número en particular, indicando la cuadra donde está (letra y número silvuplé), y el cronómetro empieza a correr, alegremente tragándose todo tu sufrido dinero.
Es simple.
Por cierto, uno tiene que acordarse de avisar cuando sale - sms otra vez - si no el cronómetro eventualmente se come toda la plata que uno cargó - yep, al hombre de mi casa le pasó... dos veces... y después hablan mal de mi memoria... en fin...

Este sistema es controlado por un caballero de chaleco naranja fluorescente, uno asignado cada tanta cantidad de cuadras - no, ni idea cuantas cuadras para cada caballero, tampoco lo tengo tan estudiado al sistema, pero sé que van de a uno, no de a pares - que va yirando y chequeando con su telefonito que todos los que dicen estar estén, y que los mentirosos reciban su merecido y se los lleve la grua, ¡JA!... Perdón, no sé de donde salió eso.

Iba caminando el otro día para mi casa y en una esquina noté que habían reunidos tres de estos caballeros de chaleco naranja - no uno, ni dos, sino TRES - y al mirar con un poco más de atención - tanto naranja atrapa el interés, es imposible no chequear - descubrí que entre los tres había ubicada una señorita que, celular en mano - pura sonrisas y cara de concentración ella -, trataba de entender este nuevo sistema tan complicado que los tres caballeros - pura sonrisas y cara indulgente ellos - amablemente le estaban explicando.
Ustedes se preguntaran por qué se necesitan trés de estos señores para explicar este sistema. Bueno, yo adivinaría que era porque la señorita llevaba puesto un jean ajusTAdo, unas sandalias de taco alto, un escote que daba vértigo y una melena rubia oxigenada, planchada y larga que reflejaba el sol como si fuera pirita.

Tres señores que se supone tienen que estar repartidos, explicándole a la chica sinuosa un sistema que para explicarlo con un señor casi que sobra.
Ajá.

Si no fuera porque estafar al sistema medido de estacionamiento es una reverenda pelotudez, casi parecía una escena de película, la amiga/interés romántico del heroe distrayendo a las fuerzas de la ley mientras nuestro intrépido protagonista comete el robo... o algo así.
Pero no, uno vive en la Vida Real, por lo que la escena era exactamente lo que parecía ser, una rubia tarada rodeada por tres inoperantes municipales, que no tenían nada mejor que hacer que perder el tiempo en vez de laburar.
No es que una le quiera hacer mala fama a las cosas, en serio, pero vamos, las cosas se prestan solas.




8 sept 2012

El Buzo Ahogado

 Rorro empezó a ir al Taller de Guitarra en el colegio.

Sí, sí, muy bien, gracias por preguntar.
No, no, sólo dos clases, así que no mucho, no.
No, por el momento no le hemos comprado una guitarra, que comparta con los demás compañeritos.  Considerando el track que tenemos de abandono de grandes planes, vamos a esperar un poco más antes de comprometernos tanto. La Rorro cree, como muchos nenes de su edad - y como muchos nenes de muchísimas edades más también- que los cursos y los talleres y la vida en general, debería funcionar al estilo Matrix. Uno entra, se sienta, ¿estás cómodo? ¿un tecito?, te enchufan un plug en la cabeza y te bajan la información directamente a la corteza cerebral. Sí, sería fabuloso, a mí también me gustaría que fuera así, pero yo ya entendí que nop, las cosas no se aprenden por osmosis, mientras que mi niña todavía no lo termina de asimilar. Así que eso, hasta que no sepa tocar al menos En el Puente de Avignon - ¡Yo sé! ¡Yo sé!- no vamos a invertir en ningún tipo de instrumento musical mas complejo que una flauta dulce.

Y la flauta dulce lo vamos a pensar.

Decía entonces, la Ro empezó el Taller de Guitarra en el colegio.
La Ro fue el otro día al Taller de Guitarra en el colegio.
El hombre de mi casa la fue a buscar y a la salida notó que mi niña no traía puesto el buzo del uniforme con el que había llegado.
"¿Dónde lo dejaste?"
"En el aula."
"Andá a buscarlo."
Allá corrió ella a buscarlo, allá volvió ella diciendo que no estaba.
¿Cómo que no está, no lo acabás de dejar?
La seño la acompañó en la segunda vuelta y nop, el buzo ya no estaba sobre el pupitre donde ella lo había dejado.

Ok, vamos a pensar esto en frío - contemos hasta diez, sin repetir y sin soplar - son seis sus compañeritos en el taller. Seis compañeritos de su mismo grado. No son seiscientos, no se lo olvidó en el patio y se lo llevó cualquiera que pasaba por ahí. Fue y volvió en cuestión de minutos y alguno de esos seis se lo llevó equivocado a su casa - ¿se llevó dos buzos puestos? Ajá.
Eso ya fue hace un par de días, lo cual está empezando a tocarme las narices, porque el buzo de la Ro tiene el nombre adentro escrito con letra ASI DE GRANDE, por lo que la madre de la criaturita del Señor o tiene un problema ocular importante o tiene un problema moral importante.

Ya mandé una nota a la maestra de Rorro, explicando el tema y si fuera ella tan amable de mandar una nota a estos seis compañeritos, como para que la madre, padre, tutor a cargo revisen si alguno de los buzos extras que mágicamente aparecieron en su casa en estos días, no tiene por una de esas cosas de la vida, el nombre de mi hija mayor escrito dentro con letra ASI DE GRANDE. 

Y si no para que me mande los nombres de estos seis compañeritos y dejemos de juntarnos con ellos porque uno de ellos es un chorro.



4 sept 2012

Piojos Hotel

Yo cuando era chica tenía piojos.
Sí, sí, lo admito. Me paro enfrente del mundo y lo digo con cansada dignidad. Mi nombre es Damaduende. Hola Damaduente. Yo de chica - de adolescente también, para qué mentir, acá somos todos amigos... Bebilacqua callesé - tenía piojos.
Muchos.
Posta.
Mi madre se esforzaba - pobre mujer - y me pasaba el peine fino, y me revisaba la cabeza, y me echaba productos masivos, recetas magistrales, remedios caseros - "¿qué es ese olor a vinagre?" decían mis amigas en el colegio, "... yo no huelo nada, te habrá parecido"... - y todo lo que le recomendaran.
Eran batallas cruentas.
No voy a decir batallas perdidas porque sería injusto, a veces, de tanto en tanto, yo no tenía piojos. Tenía épocas piojos free. Pero sí voy a decir que fue una guerra larga, que duró años, y costó fortunas, porque por alguna razón, los piojos sentían una afinidad por mi cuero cabelludo que no parecían sentir por nada ni nadie.
Eramos un sólo corazón, los piojos y yo.
Si había un piojo, un sólo piojo, un sólo y triste piojo, seguro que me venía a hacer compañía a mí.

- En un veloz aparte, tengo que decir que esto de los piojos es inversamente proporcional a la atracción que produzco en los mosquitos. Para que un mosquito me pique yo tengo que ser el único ser vivo en un radio de varios metros cuadrados, y aún así, el mosquito tiene que venir ayunando y medio desesperado. Si tiene otra opción, yo soy el último recurso. En cambio siempre estoy primera en la lista del menú piojeril. -

Tengo presente un verano en el campo, tendría trece o catorce años, en plena lucha pediculosa, sentadas con mi hermana en el parque. Ella me pasaba el peine fino, cual monitos en el zoo, y con ese espíritu curioso que tiene uno a esa edad, descubrimos que si ponías los piojos en el camino de las hormigas, las hormigas los agarraban y se los llevaban hormiguero adentro.
¡JA! ¡Tomá eso piojo!
Me pregunté siempre qué es lo que harían las hormigas con los piojos. Tenía un aire de película de terror el asunto, combinado con un poco de frío documentalismo, el pobre piojo luchando por escapar, la hormiga sosteniéndolo fuerte con sus mandíbulas, arrastrándolo a las entrañas de la tierra para hacerle sabe Dios qué... Pobre piojo es un decir, no vaya uste´a creer. Eran ellos o yo y a mí yo me caigo muy bien, así que  olvídenlo.

Sí... los piojos y yo tenemos historia.
Unos recuerdos...

Es por eso que el hecho de que la Ro los haya traído de vuelta a mi vida no me gusta nada.
Ni un poquito.
Ya empecé la Operación Piojo y ataqué con los productos de destrucción masiva, ya pasé el peine fino, ya revisé y peiné y lavé e hice todo lo que tengo que hacer.
La Ro ya casi no tiene nada.
Y por supuesto, a mí la cabeza me pica como si el tiempo no hubiera pasado, ´ta que lo parió.

Pero los años me enseñaron algo, algo que en mi infancia mi madre no pudo implementar, pero que aprendí yo sola a los 17, algo que puso fin a la invasión, una onda Hiroshima y Nagasaki a nivel piojo.
A los 17 años descubrí que si teñís el pelo, no queda ni un piojo vivo en tu cabeza.
Nada resiste 40 minutos de amoníaco.
Creo que desde los 17 años que no veo mi color de pelo original.
Así que ya ven, esta noche paso del castaño oscuro al marrón praliné. Un tono mas claro, como para combinar con la primavera. Porque lo cortés no quita lo valiente y tener un pequeño problema de plagas no quita que una pueda ser una fashionista.

Bebilacqua, se vuelve a rascar y se va a la dirección, no me vaya a contagiar al resto de la clase.

30 ago 2012

Uno o Dos Nombres


Hace unos años - mas de una década, menos de dos, quién va a andar precisando, no sea chusma - mi número de teléfono llegó a manos de un chico, sobrino de una compañera de laburo de mi vieja, que me llamó un jueves a la noche para salir un viernes.

Perfecto.

Me pasó a buscar en auto propio - josha, normalmente los flacos con los que yo salía andaban en 60 - y me llevó a cenar a un restaurante en San Isidro, re lindo, en medio de un jardín, al que nunca jamás volví porque no hubiera tenido ni idea como encontrarlo.
Era una noche agradable, recuerdo que había velitas en el restaurante. La única pega, el chico este - que tenía un acento paquetíiisimo, con sólo escucharlo podías ver la sombra de todos sus parientes jugando al polo en la estancia - de apellido Saravia, y no me pregunten el nombre porque ya es pedir mucho, tenía el tic de nombrar gente que yo no conocía.
No, no estoy loca, no pretendo conocer a todo el mundo, todo bien con hablar de gente que yo no conozco, es normal que no conozcamos la misma gente, no me miren con ese tono de voz, pero una cosa es contar una cosa onda:
"mi hermana y yo fuimos a..."
y otra cosa es:
"Sí, porque estábamos con Nacho Chamorro - ¿lo conocés? - y nos metimos por la puerta de atrás del club, aprovechando que no estaba ninguno de los chicos de la pandilla, esquivamos a Ernesto Ibañez - ¿ubicás a Ernesto Ibañez? ¿Teto? estaba en el equipo de rugby con Juancho Rizzo - que estaba con Lara Fitz - iba al colegio con Titi Mororo, ¿conocés a Titi? - y logramos entrar al torneo sin que se dieran cuenta los organizadores - ese año era Pepe Herbert, tenés que conocer a Pepe Herbert, es amigo de Coco Gattoni - que nos habíamos olvidado las entradas."
¿Quién carajo es toda esa gente?
No, en serio, ¿a alguien le importa?
Pero la cena estaba buena, una chica tiene que comer, y yo estaba en esa edad en la que un viernes afuera es mejor que un viernes adentro, por lo que traté de ignorarlo y la noche terminó.

A la semana siguiente volvió a llamarme - cosa que me sorprendió, porque él y yo cero -, pero el tal Saravia no tenía nada que hacer, tenía un amigo en banda y si yo tenía alguna amiga que se prestara, podíamos ir a dar una vuelta.
Como yo tampoco tenía nada que hacer y una siempre tiene alguna amiga que se presta, ignoré el recuerdo de todos esos nombres, acepté la invitación y nos fuimos a dar una vuelta nomás.
La pasamos bien, el amigo resultó simpático, fuimos a tomar algo a un bar y con la conversación entre cuatro, esa necesidad casi patológica de tirar nombres en la conversación se diluyó un poco, por lo que pensé que debía haber sido mi imaginación, unos nombres los tira cualquiera, y no lo pensé mas. Cuando nos dejaron en casa, después de una noche sin nada que recordar, supuse que ese sería el final.

Pero no.
En ninguno de los frentes.

Tiempo después, mucho tiempo después, me atrevería a decir que un año después o quizás más, recibí una tardecita un llamado - "¡Es para vos, no sé quién, un tal Saravia!" - y el acento de jugador de polo me golpeó.
"¿Cómo andás?"
"Bien, bien. ¿Vos?"
Y el resto de su conversación fue mas o menos así,
"Estaba acá con los chicos, con Nacho Chamorro, Carlitos Ovejero, las mellizas Alcorta, y algunos más y pensé en llamarte."
"¿?"
"Sí, porque le contaba acá a Mili - la ubicás a Mili Cañas, no - que eras una chica divina y estaba el otro día con los chicos del club - el Teto, te hablé del Teto Ibañez, Pacho Cañadas y Luli Guinsburg, que iba al colegio con Vivi O´Connor - y Sofi Lopez B me dijo que... "
No me acuerdo mas. Tengo un blanco. Lo recuerdo y es estática y sudor frío. Mi mente se fugó ante tanta huevada y simplemente dejé que terminara de hablar - mas de quince minutos por reloj de él tirando nombres, yo mirando el vacío y mi hermano mirándome preocupado -, me despedí, gracias por pensar en mí al hablar con toda esa gente que no tengo ni puta idea quien mierda es y corté.

Todavía no sé por qué me llamó. No hubo ninguna razón para su llamada excepto, al parecer, contarme sobre todas esas personas. No hubo ninguna invitación, no hubo ninguna invitación para mi amiga que se prestaba, no hubo nada, nada más que esa larga retahíla de nombres con los que estaba pasando la tarde.
Quiero creer que estaba en pedo.

Volvía del laburo anoche y bordeando la plazoleta, me crucé con un par de personas - ella, de joggins, paseando al perro, él de traje casual, la corbata floja, morral al hombro, volviendo de laburar - conversando en la esquina. Era obvio que se acababan de encontrar por casualidad, y al irme acercando a ellos, para cruzar la calle, escucho la voz del flaco, con un tono de cancherito importante que aspira a tener parientes jugadores de polo, que decía,
"Sí, porque estábamos con Nico Strauss, que se quedó en el hotel - ¿te acordás de Nico Strauss? - conversando con Juanita Balboa - tenés que acordarte de Juanita -, mientras los chicos y yo nos íbamos con las tablas a..."

La ficha del tal Saravia me saltó a la cabeza como si hubiera sido ayer. Pude sentir el recuerdo del sudor frío y el ruido blanco. Miré para atrás y reconocí en los ojos vidriosos de la chica del perrito la fuga mental que tanta huevada produce.
Pensé en decir algo, pensé en rescatarla, pensé...
Mejor vos que yo, hermana.
Y escapé lo más rápido que pude.

28 ago 2012

Festejos Arbitrarios

¡Bievenidos!
Pasen, pasen, tengo torta, bizcochitos, chizitos, papas fritas, y demás para festejar este, mi post 401. Sí, sí, 401. No, no 400, 401. Así soy yo. ¿Por qué vamos a ser víctimas y prisioneros de la redondización de las cosas, eh? ¿Por qué vamos a conformarnos? ¿Existe la palabra redondización? ¿Nos importa realmente? ¡No, porque no somos esclavos de ella!
Y después de la arenga viene la realidad en la cual admito que no estoy festejando el posto número 400 simplemente porque recién me di cuenta que era el posto 400 una vez que ya había publicado mis aventuras en la medicina moderna.
Soy una víctima de la distracción - pero no de la redondización, ojo al piojo.
Así que pasen, pasen, apropingüensé.
Sí, Bebilacqua, uste´también - no, no se coma las galletitas de queso, que son para la tía Olga, ya empezamos mal.

¿Están todos cómodos? ¿Todos tienen una copa de champagne? Es rosa, sí, no me gusta el amarillo, a mí me gustan las cosas dulces - como yo, sí Bebilacqua, ya está uste´empezando a caerme gordo, siga así que lo voy a mandar a vicedirección.

Bueno, a ver, posto 401... qué les puedo decir que no les haya dicho ya... este... Soy malísima para los discursos improvisados, me emociono toda y no sé qué decir.
¿Ve? ¿Ve? Ya me salta el lagrimón...
Hablemos de otra cosa.

¿Qué tal el fin de semana?

Nosotros fuimos a ver Tinker Bell y el Secreto de las Hadas (en 3D) con Rorro, Zeke y el hombre de mi casa, que hay que darle se banca cada cosa por esos nenes. Me quise matar (en 3D) pero los niños la pasaron bomba, así que el saldo fue positivo.
Anduvimos en bicicleta, en el playón de la plaza chiquita. Rorro piensa que jamás de los jamases va a dejar las rueditas. Zeke piensa que la bicicleta de Rorro es mejor que la de él. Cada uno tiene problemas propios, obviamente.
Mis hijos invitaron gente - se me llenó la casa de pibes, en un momento eran seis en mi casa chiquita y sin clima para ir al patio. Casi mato yo a alguien en 3D.
Hice lemon pie - me quemé los nudillos con el horno, pero no se notó en el resultado final.
Jugamos al Adivina Quién Soy Yo - la vinchita esa que hay que ponerse para sostener la tarjeta tiene un coso de plástico que se clava en la frente dejando una indentación importante, por lo que es un juego Y un instrumento de tortura a la vez; esa gente sí que sabe amortizar costos.
La Ro y Fiona durmieron largas siestas en el sillón del living.
Vimos tres episodios de Doctor Who, y con eso estamos terminando la segunda temporada. La Ro está enganchadísima con la bendita serie, aún cuando la mitad de los episodios le dan miedito. La estamos pasando bomba, a pesar del doblaje al gallego que tenemos que aguantar.
Fiona y Sasha han descubierto que pueden ser amigas a pesar de sus diferencias naturales. A veces se ve correr al perro atrás del gato, a veces se ve correr al gato atrás del perro. Lo suyo es una relación perfectamente igualitaria, en esta casa nadie discrimina por especie.
Vi Total Recall, la versión nueva, con Colin Farrel y Kate Beckinsale y voy a decir mi gran problema con ella. No, no es la falta de Arnoldo, no. Arnoldo no me va ni me viene. Mi problema es que NO SUCEDE EN MARTE. ¿Cual es el punto de toda la historia si no sucede en Marte? ¿Para qué la estoy mirando si no sucede en Marte? Una gran estafa - aún cuando es entretenida. Pasó bastante rápido.
Y ese fue mi fin de semana.

Como posto 401 es un posto bastante simple, podría haberme esmerado mas, pero es lunes y me agarró desprevenida. ¿O uste´piensa que yo siempre ando con estas mechas?
Bebilacqua, se acabó, no sé quien es su amiga, pero sueltan las galletitas de queso y se me retiran los dos del establecimiento.

23 ago 2012

La Inconsciencia.


El día de la endoscopía llegó y pasó, como es costumbre de los días.
Yo tenía turno a las nueve de la mañana, por lo que me apersoné, un tanto nerviosa, a las ocho y cuarenta y cinco al lugar, acompañada de mi suegro, ya que mi marido no había podido acompañarme por culpa de una emergencia laboral. No, no, nada grave, gracias por preguntar, la secretaria había faltado por no sé qué cosa y él había tenido que ir sí o sí, por eso de que si no laburamos, no comemos. Y mi suegro me acompañó finalmente, porque es un hombre muy amable y porque alguien tenía que venir, ya que la recepcionista - Soledad, para mas detalles - me había insistido hasta el hartazgo que yo tenía que ir acompañada por eso de la bendita anestesia total.

"¿No puede ser anestesia local?" le pregunté el día que saqué el turno.
" Mirá, hay doctores que trabajan con anestesia local, y hay doctores que trabajan con anestesia general. Este trabaja así." y se notaba en toda la cara de Soledad, que ASI SON LAS COSAS, que venís a joder con las cosas, vos.

Bueno, ocho y cuarenta y cinco, decía entonces, me apersoné al lugar y volví a intentar un diálogo constructivo respecto a la anestesia local. Nop, nosotros somos así y punto, me dijo Soledad, bajándome de un hondazo, y me pasó una serie de papeles que llenar con mis datos y un último donde me hacían firmar un papel en el que yo autorizaba que me pusieran anestesia general.
No, ¿ven? En serio. Si me hacen firmar un papel para que otra persona pueda levantar las manos y decir, llegado el caso "ella me dio permiso, yo no sé de donde salió ese paracaídas" ya me empiezo a poner de malas.
"Este si querés lo podés firmar después de que hables con el anestesista, así te sacás las dudas, ¿sí?" claro, Soledad, total ya me habías mirado con cara de bruja, bien podías ahora tirarme un hueso.

Esperamos con mi suegro a que saltara mi número. Llenamos el tiempo con el cuento de su colonoscopía... sí, es un hombre muy amable, pero sus temas de conversación a veces dejan algo que desear.
A eso de las nueve y diez, vi venir caminando por el pasillo a un señor de unos cincuenta y pico, vestido de jeans y camisa a cuadros, sosteniendo a una señora rubia de apróximadamente la misma edad, que venía caminando medio grogi, agarrada del señor como si fuera un ancla. El señor, despacito los dos, la acompañó hasta una salita cruzando el pasillo justo enfrente mío, donde la acomodó en una silla de aspecto mullido, tiró la palanca para atrás y la dejó sola.
La recepcionista Soledad lo atajó al salir de la salita - no le cerraron la puerta, pobre señora, desparramada en la silla donde cualquiera que pasaba la podía ver - y lo mandó para mi lado.
"Este es el anestesista." me dijo a mí. "Ella le quiere hacer unas preguntas." le dijo a él.
El me sonrió una sonrisa muy agradable - todos los anestesistas que he conocido tienen sonrisas agradables, se ve que andar por la vida poniendo a la gente a dormir los hace sentir bien consigo mismos - y me dijo,
"Vení por acá y me decís."

Mi suegro quedó atrás, seguí al anestesista por las entrañas del lugar - mucho más grande por dentro de lo que la fachada infiere, parece cosa´e mandinga -, me hizo pasar a un consultorio donde saludó a otro flaco, vestido de verde enfermero, que me indicó donde dejar mis cosas y finalmente me dijo,
"Decime, qué es lo que te preocupa." con tono paternal.
Finalmente. Alguien que escucha.
"No quiero anestesia total. ¿Puede ser local?"
Me miró sorprendido. Sí, ya lo sé, lo mío es masoquista, pero en serio, posta, no me gusta perder el control de mi cabeza, me da más miedo eso que cualquier otra cosa, ¿por qué es tan difícil de entender?
"Este... Sí, ¿pero estás segura?"
"¿Cuánto tarda?"
"Cuatro minutos."
"Estoy segura."
El anestesista de la sonrisa agradable se dio vuelta y habló con otro flaco - estoy grande, el doctor que me atendió no parecía tener mas de veinte - que venía vestido de azul médico con una bata encima y le explicó que yo era una loca que quería estar despierta... pero con mejores palabras, y el doctor me miró con cara de estás loca... pero con mejores palabras, y entre los dos me dijeron,
"Si a vos te parece."
Sí, a mi me parece... Pero igual el anestesista se quedó cerca, porque si bien a mí me parece, ellos no parecían confíar mucho en mi voluntad y ya veían que iban a tener que saltarme encima y doparme de prepo.

Me explicaron donde tenía que ponerme, cómo tenía que ponerme, me echaron una anestesia con gusto a ácido en la garganta, y trajeron el tubo.
ES UNA MANGUERA DE JARDIN, señoras y señores. Una condenada manguera de jardín con una lucecita de Navidad en el extremo.
Hacen cámaras que entran en mini microchips para espiar a los paises vecinos y todavía usan una manguera de jardín para mirar adentro del estómago de las personas. A veces pienso que este mundo no evoluciona correctamente.

Pongamos un manto de piedad sobre los siguientes cuatro minutos. Uno creería que se me hubieran hecho eternos, con lo desagradable de todo asunto, entre fluidos y movimientos involuntarios, pero nop, pasaron volando. Me concentré en respirar, adentro y afuera, alrededor del tubo, y en no golpear al doctor cada vez que movía la manguera de arriba hacia abajo - en un momento el anestesista me agarró la mano, quiero creer que fue por apoyo moral, porque se la sostuve fuerte, pero me parece que fue para evitar que yo le sacudiera un bollo al buen hombre que sostenía la cámara...
Cuatro minutos después me sacaron el tubo de la garganta, me senté, me adecenté un poco, sonreí porque ya había pasado lo peor, me dijeron que lo había hecho muy bien - y ni siquiera un chupetín, cuando yo era chica los médicos eran mejores -, les agradecí - no los iba a putear, fue mi decisión el no estar dormida para todo el circo -, el médico me dijo que en cinco me alcanzaban los resultados y me fui. El anestesista de la sonrisa amable trató de agarrarme del brazo y ayudarme a caminar, acostumbrado a gente en peor estado, pero no, gracias, estoy bien.
Sin dolor, sin mareos, sin ningún tipo de trauma psicológico, con la garganta dormida y una sensación de aire en el estómago que hubiera tenido tanto con anestesia general como sin anestesia general, me fui hasta donde mi suegro y me senté a esperar.

La señora rubia seguía estúpida en su silla y todavía nadie le había cerrado la puerta.

La recepcionista Soledad vino a alcanzarme el formulario a firmar, sobre la anestesia que me iban a poner y le dije que no, que ya estaba.
Me miró sorprendida,
"¿Ya terminaste?"
"Sí."
"¿Te pusieron anestesia local?"
"Sí." tomá, já, señorita Así Hacemos Las Cosas Nosotros.
"Oh, bueno... entonces nada." y se fue con sus papeles sin firmary un vago aire de desaprobación.

Cinco minutos tardó el doctor en traerme mis fotos - son ángulos míos que nunca había visto, definitivamente no es mi mejor perfil, no las voy a andar poniéndo en curriculums. Me dijo que todo estaba casi como tenía que estar. Una gastritis simple, una hernia de hiato - que parece ser que es terriblemente común, pese a su nombre feíto - y paremos de contar.
"Muchas gracias." etc etc, y nos fuimos.
Todo el asunto no duró más de quince minutos.

Y la señora rubia seguía despatarrada en su silla.

18 ago 2012

Un Centímetro

No sé si las brujas existen, pero que vuelan de noche, vuelan de noche, decía mi abuela...

Considerando el cuento que escuché, a veces uno haría bien en escuchar a mi abuelita.

La historia, que dicho así parece que no fuera cierta pero lo es, me la contó una de las chicas del laburo, y no, no le pasó a un amigo de un amigo de un amigo, le pasó a la señora que cuida a su hija, por lo que si bien al llegar hasta mí ya es sólo una historia, por lo menos puedo decir que las personas involucradas tienen nombre y apellido, que es más de lo que se puede decir cuando uno habla del amigo de un amigo de un amigo.
Esta señora, que tiene nombre y apellido pero no lo voy a decir, tiene una hija de veintipocos años. Esta hija de veintipocos años tiene un hijo y un novio cama afuera. Esta hija de veintipocos empezó un día con calambres en el estómago. CALAMBRES en el estómago. Así, con todas las letras. Pasó un par de días, pasó varios remedios y eventualmente fue a la guardia, a ver si era apendicitis o alguna de las otras itis que siempre pueden saltar cuando uno menos lo espera.
En la guardia le hicieron estudios, no encontraron nada. La mandaron a su casa con drogas recetadas, que suelen estar un escalafón mas arriba que las que uno toma por su cuenta, y quedó así.

Pasó el día, pasó la noche.
La chica se doblaba de dolor.

A la mañana siguiente la volvieron a llevar a la guardia. Mas estudios, mas cosas, se rascaron las cabezas en conjunto, no encontraron nada.
El novio cama afuera, que había estado con ella el día anterior, pero hoy se había ido a trabajar, llegó corriendo cuando lo llamaron porque la cosa empeoraba. Traía en su celular varios mensajes de texto que había recibido esa mañana, desde un número desconocido donde decían que iban a matar a su novia - lo decían de manera más grosera y con mas signos de exclamación, pero yo voy a dejarlo así.

¿Cómo termina la historia?

El padre de la chica encuentra un sobre lleno de gusanos en el buzón de la casa. Una de las enfermeras de la guardia les dice que por qué no van a ver a un curandero muy conocido que hay en Plottier. Cargan a la chica en el auto y corren hasta allá. Entran al lugar, plena sala de espera, llena de gente, sale el curandero como si los estuviera esperando, les dice que pasen rápido, que la chica está en las últimas. Entran, con el sobre lleno de gusanos en la mano y lo dejan sobre una mesa. El curandero hace algo - no sé qué hace, lo lamento, los detalles de la señora son medio vagos en este punto - y enseguida la chica está mejor.
Según palabras del curandero de Plottier, si hubieran tardado mas, la hija de veintipocos se moría.
Para rematar el asunto con música de fondo, la señora dice que cuando el curandero terminó con todo, el sobre con gusanos estaba vacío, todos habían desaparecido... aún cuando para mí la señora ya estaba mirando lo que quería mirar porque seguro todos los gusanitos se habían caído al piso... no, si alguna gente...

Nunca supieron que tuvo la hija de veintipocos.
Le hicieron algunos estudios mas, pero no saltó nada.
Ninguna enfermedad, ninguna intoxicación, ningún veneno.
Y qué se yo.

No deja de ser curioso todo el asunto, mas allá de que uno crea en esas cosas o no; le crea a las señoras con nombre y apellido que ven gusanitos evaporarse o no; se crea que alguien se tomó una licencia literaria para emprolijar y abrillantar los detalles o no - ella, eh, a mí no me miren, el cuento es así como me lo contaron a mí.


¿Cómo dice? ¿Que por qué le estoy contando todo esto a uste´que es una persona de ciencia y no cree en los gualichos ni en nada que se le parezca?

Bueno, mi niño el menor, hace una semana que está jodido de la barriga. Va y viene la cosa, y se va por el caño en líquido. Vino la doctora, nos dio una dieta y la cosa no mejoró en demasía. La doctora me dijo entonces que le fuera a curar el empacho.
La señora Emilia, de acá a tres cuadras, amablemente se ocupó del tema.
Mi niño y su barriga son felices de vuelta, gracias a una señora y su cinta de medir.

No sé qué decirles.
Las brujas no existen, pero que vuelan de noche, vuelan.

16 ago 2012

Cinco Semanas en Globo

Y estamos de vuelta al aire.
Después de dos semanas de vacaciones de invierno, una semana sin pc - Pelu cumplió su amenaza de llevársela -, y dos semanas de estudios médicos por una probable - por el momento, faltan un par de estudios más - gastritis, y una laringitis, una vez mas prendemos la lucecita verde que dice On Air y subimos a la internet.
Mi hermana, but of course, ya me levantó en peso por mi largo silencio así que acá estoy, dando señales de vida.

No voy a pasar a relato todo lo que pasó en estas semanas - mi vida no es un carrousel de emociones, pero cinco semanas son cinco semanas y si a usted no les pasa nada en cinco semanas voy a sugerirle que preste atención a lo que está haciendo y haga otra cosa... no Bebilacqua, eso no fue una invitación a que me relate lo que hizo este fin de semana, paso, no quiero saberlo, probablemente fue ilegal y después viene la policía a hablar con el director y con qué cara le digo que yo no sé nada sobre las mellizas, la botella de vodka, el burro y el sombre- Ve? Ya me está complicando la vida.
Decía entonces, cinco semanas.
Qué es lo mas importante para contar.
A ver...

Habemus canis.
Yep.
Después de tres perros en dos años y el gato que cerró el desfile, nos hemos arriesgado una vez mas y hemos traído a casa a una muchachita pequeñita, blanca y con manchas vacunas, a la que le faltan cinco pesos para ser fox terrier. Un señor muy amable de la ciudad vecina nos la regaló y una señora muy amable nos la alcanzó hasta acá. Es decir que nos conocimos por foto y dimos un salto de fé.
De eso ya pasan tres semanas y andamos todos mas que contentos. Excepto el hombre de mi casa, que si bien le tiene muchísimo cariño, no supera todavía el hecho de que al ser tan chiquita de edad, eso del control de esfínteres no se le da. Viera usted las puteadas que se escuchan en mi casa cada vez que se encuentra un regalito... Por suerte para todos, los encuentro yo primero, reto al perro, limpio y eso fue todo. Si los encuentra él primero, hay que oírlo...
Pero bueno, paciencia. Al perro y al hombre. Los dos eventualmente van a aprender.
La Rorro la bautizó Fiona, en una veloz decisión - "¿Cómo se llama?" nos preguntó el veterinario, llenando la ficha para su vacuna y desparasitaje... La Ro y yo nos miramos. La foto, la decisión, y la llegada de la perra nos había tomado a todos por sorpresa, en menos de dos horas habíamos pasado de nada a perro, o sea que nombre no teníamos, y el bichito ese en brazos de la Rorro, asustado y minúsculo, no tenía cara de nada. ¿Qué hacemos? Ro encogió un hombro, "¿Fiona te gusta?" Perfecto, Fiona será... aún cuando no tenía cara de Fiona, aquí entre nos. Y ahora, dos kilos mas tarde, graduada de raton de laboratorio a rata de sótano, Fiona corre por la casa, feliz de la vida, persiguiéndo a la gata - que le saca fácil tres kilos - como si tuviera el tamaño de por lo menos un cocker. Caracter le sobra por todos lados, y no se rinde, aún cuando Sasha la cachetee sistemáticamente. Ella sabe que eventualmente la gata se va a rendir. Está segura. No importa que Sasha se suba arriba de la mesita y cada vez que Fiona se estire para jugar la otra la baje de un empujón y un bufido. ELLA TIENE FE.
Zeke la levanta en brazos, me mira lleno de amor, y me dice, con vocecita de cuatro años "Es bonita Fiona."
Y sí, es bonita Fiona.

La otra cosa entretenida que hay para contar, el sábado me hacen una endoscopía.
No sé qué tiene esto de entretenido en realidad, es tan sólo algo para contar, porque nunca antes me hicieron nada similar y la novedad hay que contarla. Me van a poner anestesia. Nunca me anestesiaron para nada. El dentista no cuenta. Me pregunto si será anestesia total o local. Mi vieja dice que es total. Yo leí que era local. Ahora tengo que pasar por el lugar, para que la chica me de las instrucciones y no sé qué cosa y me va a sacar la duda. Supongo que es total para que uno no se mueva... Considerando que yo nunca me muevo - la vez que me sacaron las muelas fui un modelo de paciente... practicamente me quedé dormida, lo poco que me molesta ir al médico en general - tal vez la pueda convencer que sea local. Me da como miedito la total. Es esto de la falta de conocimiento. Tengo una amiga que la han operado un par de veces y ya va como si nada. Supongo que todos tenemos que probar todo alguna vez. Aunque mas no sea para poder ser de esos superados - como mi amiga - que dicen "no pasa nada, vos tranquila..."
Si hay que elegir, siempre es mejor ser de los superados que de los asustados.

Dejen ver si hay algo mas para contar de estos días pasados...

Fuimos a ver Valiente. Muy linda. Los rulos rojos de esa chica, poesía en movimiento. Algunos dibujos animados son obras de arte, no hay vuelta que darle.
Fuimos al zoo. No nevó, gracias por preguntar. La pasamos maravillosamente bien, as usual, y llevamos a mi sobrino, que vino de visita y nunca había ido. Una mañana larga excelentemente aprovechada.

Y eso es todo lo que hay para contar en estos días.
Cinco semanas es mucho tiempo, lo sé, lo admito, no me reten mas, no lo voy a volver a hacer - sí, sí, te estoy hablando, no me mires con ese tono de voz. Y sí, el título se lo robé a Julio Verne, lo confieso, no hubo ningún tipo de globo en estas semanas, ni siquiera uno de cumpleaños... pero no me pude resistir.

6 jul 2012

Hablemos de repollos

A mí me gusta cocinar. No me encanta, no trabajaría de chef, y honestamente, el cocinar TODOS LOS BENDITOS DIAS para las tropas, es desgastante, pero mal que mal, me gusta y me doy maña, por lo que siempre estoy buscando recetas nuevas - rápidas, ricas y baratas - como para mantener felices a la muchachada - que no es fácil - y a mí -que soy mas del estilo come-todo. Esto me lleva a comentar que he encontrado estos días una receta bastante rica que quiero compartir con el mundo, porque no sé si el mundo la conoce y amerita conocerla.

Una receta para cocinar repollitos de bruselas.

Sí, vaya, Bebilacqua, vaya. No voy a hablar de sexo, no sé qué le dio esa idea.
Decía, entonces, repollitos...
Sí, todos los demás que quieran retirarse están excusados.

Bajé hace un tiempo una aplicación que se llama Como Cocinar Todo - es una aplicación pesada, sí sí -, y revisando, encontré entre Todo, una receta de repollitos con panceta que me llamó la atención - porque pese a lo que insista el señor del libro sobre como son una combinación típica, es la primera vez en mi vida que escucho sobre el combo -, y ayer me decidí finalmente a probar.
Redoble de tambores...
Quedaron buenísimos.

Yo les tengo fe a los repollitos - siempre les tengo fe a los repollitos, aun cuando no sé por qué, la última vez que los probé, con queso como me habían dicho, fue mas bien un oh... este... no... paso - y esta vez cumplieron.

La receta es fácil, básica y no, no tengo las medidas porque la receta estaba en onzas y libras y todas esas cosas que los extranjeros usan para estar a contramano del mundo y honestamente, ni intenté hacer el cambio.
Hay que cortar panceta en pedacitos - yo usé ahumada, pero voy a suponer que la salada también sirve - y saltarla en una sartén. Mientras, se le saca la parte dura a los repollitos, se cortan en cuatro y se pican. Cuando la panceta está crocante, se agregan los repollitos a la sartén y se le agrega un poco de agua, sal y pimienta. Revolver cada tanto, hasta que los repollitos se pongan tiernos y el agua se evapore (cinco minutos mas o menos). Agregarle una cuchara de aceto (yo le agregué salsa de soja porque no tenía mas aceto y quedó bien) y vòila.
Lo comimos con chuletas de cerdo y puré.

Quedó anotado entre las cosas que salen bien, salen rápido y varían un poco el menú.
De los adultos, al menos, mis críos, as usual, prefirieron saltearse las cosas verdes...

3 jul 2012

Sin Terminar

Tengo en mi Pila de Libros Empezados que Tendría que Terminar - o PLETT, porque suena divertido :

The Sorcerer´s House, de Gene Wolfe.
Lo empecé a leer, me gustó la idea - un ex convicto hereda una casa donde empieza a cruzarse con criaturas extrañas y demás - y cómo está escrito - son todas cartas, entre él y el hermano y un amigo -, pero no logro que el protagonista me resulte interesante. Me parece un soberano embole. Empieza a hablar y yo bostezo. Su manera de escribir cartas es aburriiiiida. Las cartas del hermano son mejores, pero la mayoría las escribe el protagonista... ¡Tiene un zorro que es mitad mono! ¡Quién no quiere ver uno! Y lo hace sonar si tuviera una tortuga. Tal vez le de otra oportunidad...
Tal vez...

A Promising Man, de Elizabeth Young.
Una comedia romántica. Una chica que se enreda con un chico, qparece ser - de rumores y oídas, nunca nadie lo confirma y de ahí la mitad de los enredos que se suceden - el novio de una ex compañera de colegio a la que ella detestaba... y todavía detesta. Mi problema con este libro es que ella no tiene nada de encanto. Nop, ni un poquito. No es particularmente simpática, no es particularmente talentosa, o torpe, o divertida, o cínica, o bonita, o nada. No veo que ve él en ella. Yo no me hubiera enamorado de ella. 
Este probablemente lo abadone.

Magic Bites, de Ilona Andrews.
Este es de fantasía urbana. A mí la fantasía urbana me gusta mucho. Pero tengo el problema de que mi primer libro importante en el género fue con Storm Front, de Jim Butcher y el primero de la serie de novelas de Harry Dresden, Mago Profesional... Y después de poner la barra a esa altura, es muy difícil que algo la alcance. Tengo un enorme crush en Harry Dresden. Gigante. Después de trece libros, Harry Dresden es lo más. Y esta chica, la protagonista de este libro, no es Harry Dresden. Y no es su culpa, es la mía... Así que voy a dejar que pasen unos días mas entre este y el último de Dresden y lo voy a agarrar de vuelta.

The Unseen, de Alexandra Sokoloff.
¡Es de terror! Y con eso me refiero a fantasmas y espíritus y cosas que se mueven solas.
Me engañaron, me dijeron que era de suspenso. Lo empecé a leer, parecía bueno, la mina tenía una especie de poder extrasensorial y veía cosas que iban a pasar. Pero fue y se mudó a un lugar donde hay una casa que parece ser que está embrujada y un montón de gente macabra y un experimento en los sessenta y... Y ahí lo tuve que dejar. Excuse me. Después yo no duermo, señores.

Kirith Kirin, de Jim Grimsley.
Fantasía medieval, sobre un mundo con magia y una gran guerra y toda la bola. Me gustan esos libros. Empezó muy entretenido. Pero para la mitad mas uno, era más estrategia que historia. ¿Por qué el pibito es especial y sabe todo lo que sabe? No sabemos, pero vamos a mandar al batallón este para allá. ¿El gran romance entre el rey y el pibito va a llegar a algun lado? No sabemos, pero ataquemos por ese flanco y derrotemos a su brigada. ¿Alguien nos va a contar sobre las tres brujas? Quizás, pero por ahora nos conviene retroceder por acá y reagrupar.
Me aburrí. Los dejé jugando a la guerra y cuando vuelva espero que hayan terminado.

It´s in His Kiss, de Julia Quinn.
Comedia romántica victoriana. Me encantan estas. Son como comer caramelos. Lo empecé de lo más contenta, lista para pasar un rato entretenido sin mucho sufrimiento. Pero útlimamente parece ser que leí muchos de esta autora y este me resultó más de lo mismo. Lo voy a guardar para cuando necesite algo divertido y dulce para levantarme el ánimo.

The Holy Thief, de William Ryan.
De suspenso y aventuras en la USSR.
Empezamos con un asesinato muy muy espeluznante. Un asssco, mireloqueledigo. Sangre hasta en el techo. Pero lo superé. La tortura no es lo mío - pobre chica - pero seguimos adelante.
Fue cuando me encontré con lo de la USSR que me eché un poco para atrás - no había leído la parte de atrás, sólo un breve extracto, ese es el problema con los libros digitales... no tienen parte de atrás - y cuando empezamos a hablar de vivir todos juntos, y el Gran Hermano nos vigila, lo tuve que dejar. Es una época que me pone los pelos de punta. No creo que lo vuelva a agarrar. Me desilusiona un poco, fue un asesinato realmente asqueroso y estaba muy orgullosa de mí por haberlo superado. En fín.

City of Fallen Angels, Cassandra Clare.
Este es el cuarto de una saga. Los tres primeros me gustaron mucho. Es sobre un grupo de gente que se dedica a cazar vampiros, y monstruos y esas cosas que quieren hacer la vida complicada. La protagonista no sabe que pertenece a esa "raza" hasta que se ve envuelta en el quilombo. Tiene demonios, ángeles caídos, vampiros que tratan de pasar por humanos para que la madre no sufra, en fín, son divertidos. El problema, y acá viene un spoiler grande como una casa, tápese los ojos el que los piensa leer - el primero se llama City of Bones - es que está contado por ella y ella está muy enamorada de él, que todo bien, pero sucede que ella sabe que él está muy enamorado de ella - todos lo sabemos, moving on - y tiene la molesta tendencia de repetir que él la quiere TODO EL TIEMPO. En serio. Cada dos por tres. Y en un contexto melodramático - tienen trescientos problemas para estar juntos - la cosa se hace densa. Es decir, uno nunca está tan seguro. Y menos a los diescisiete. No que no pueda estarlo, uno tiene una cierta certeza si no cual es el punto de estar con alguien, pero, hablar siempre de nosotros y nuestro gran amor y cuanto me quiere... Suena pedante, lo lamento.

Paths of Glory, de Jeffrey Archer.
Amo a Jeffrey Archer. Todas sus novelas, tanto las de época y familia como las de aventura, me han gustado. Desde Como los Cuervos y Kane and Abel, hasta El Estafador, todas. Menos esta. Es una biografía novelada del hombre que llegó primero a la cima del Everest. No el que está en los libros de historia, que es un australiano, si no un inglés, que llegó antes pero no quedó asentado en ningún lado excepto en los rumores porque murió en el camino de bajada - no es un spoiler, el libro empieza con el final. Leí un montón, casi hasta la mitad. Pero al final, no logré que me interese. Quizás sea saber qué fue lo que pasó, quizás... no sé... Como alguien que pertenece al club de los leen los finales antes que los principios para estar segura de que terminan bien, no creo que ese haya sido el problema, pero... bueno, me aburrí.

Nueve libros en mi carpeta PLETT.
Nueve libros que gracias a la era digital, puedo darme el lujo de tener y no leer si no quiero.
Hay que agradecer los beneficios del mundo moderno.

... En realidad son veintiuno, pero me pareció mucho...

28 jun 2012

Culpa Suya

Había escrito un post de lo mas divertido sobre como el otro día un flaco trató de levantarme después de casi resbalarse en un charco congelado.
Posta.
Era una historia de lo mas entretenida, con cuadras de conversación incómoda, pasos cada vez mas largos, un auto, etc.
Pero se me borró de la computadora.

¿Por qué se me borró?
¿Qué fue lo que pasó?
Pelu fue lo que pasó.
Una vez mas.

Pelu - el chico de sistemas, para el que recién llega - vino el jueves pasado a decirme que iba a tener que llevarse mi pc de la biblioteca para formatearla, que cuándo se la podía llevar.
Podrán ustedes imaginar mi felicidad ante la idea de que Pelu se lleve mi máquina por unos días. Las dos veces que se sentó enfrente y la empezó a manosear me puse de malas. Tenemos cinco años de historia ella y yo. Hay pelotudeces y programitas y programas y cosas importantes en esta máquina, amén del relato sobre el hombre y el charco del que hablábamos al principio... en serio era una anécdota muy entretenida.

"Tengo un montón de cosas que salvar." le dije preocupada. Por lo menos 20 gigas de información.
"Bueno, fijate como lo salvas y vengo a buscarla el lunes, ¿te alcanza con eso?"
"Bueno, dale. Veo como hago." y se fue y nos dejó solas.

Me pase toda la tarde del jueves y una buena parte del viernes, llevando con mi pequeñito pendrive todos los archivos desde mi máquina hasta una de las máquinas de la sala de computación.
Como quién vacía una pelopincho con una taza.
Eventualmente terminé, a las apuradas, porque suponía yo que Pelu iba a llegar a tiempo - es miércoles y de Pelu ni el rumor... no sé por qué supuse su puntualidad, soy un tanto ingenua, al cabo que al cable de cuatro patitas seguimos esperándolo - y en un último gesto, vacié la papelera de reciclaje, donde había puesto todos los archivitos viejos y perdidos que no necesitaba salvar pero que tampoco me interesaba que Pelu encontrara.

Habrán pasado unos minutos hasta que me di cuenta de que entre tanto apuro y tanto tecleo, se me habían traspapelado algunas cosas y entre ellas estaba el cuento del hombre y el charco.

Damn you, Pelu! Damn you to hellllll!!!

Eso fue el lunes a la mañana.
El lunes a la tarde, Pato en la secretaría me dice, "¿y por qué hiciste vos eso, por qué no le dijiste a él que lo hiciera?"
La bola rodó por la mesa y entró en la buchaca.
Y acá es cuando le agregamos insulto al daño, porque Pato tiene razón. El es el chico de sistemas y yo soy una boluda. El se aprovechó de que yo tengo una cierta idea de estas cosas y en vez de decirme, como le hubiera dicho a cualquier hijo de vecino o profesora del lugar, "decime que es lo que querés guardar y yo lo salvo del formateo", me dijo "ocupate" y yo, que soy medio pava y tiendo a pensar que si no lo hago yo nadie lo va a hacer, fuí y me ocupé.

Y borré cosas que no tenía que borrar.

Y Pelu me tiene hasta las narices.

Por suerte me vine a enterar que se va la semana que viene, así que técnicamente - y esto es tan sólo si la viene a buscar, porque ya son las 11 de la mañana del miércoles y no parece que hoy vaya a suceder tampoco - la mía es la última computadora de su repertorio.
Me preocupa un poco.
Temo que después de la operación, ya no me reconozca.

El cuento del hombre y el charquito helado terminó con una oferta de "te llevo a tu casa" y un "no, gracias", que así nomás, no tiene mucha gracia, pero si hubieran leído la historia completa, se hubieran reído muchísimo.



22 jun 2012

A quién Vas a Llamar...


Abriendo otro capítulo de "Cosas Extrañas que suceden en Esta Biblioteca Donde Yo Trabajo", voy a hablar del libro "Graduate Studies 1974-1975", de tapa dura, 24 centímetros de alto y 1354 páginas de ancho. El libro "Graduate Studies 1974-1975" está en el estante de mas abajo de la estantería justo justo enfrente de mi escritorio y no es un libro que uno consideraría literatura ligera, no. De hecho, no es un libro que uno consideraría literatura en absoluto...
Cuando yo me fui a casa el viernes a la noche, el libro estaba muy cómodo y calentito, perfectamente ubicado entre "Which University 1974" y "Directory of Further Education 1975-76". Libros útiles y actuales como cualquiera puede notar - no, Bebilacqua, no se los puede llevar para usar como pesas... No todavía.
Cuando volví el lunes, el libro estaba a medio camino de caerse de la estantería, como si alguien lo hubiera sacado y lo hubiera vuelto a meter a los apurones.
No, no hubo nadie en la biblioteca - en todo el edificio - en el fin de semana.
No, nadie lo estuvo hojeando antes de que yo me fuera - nadie en su sano juicio hojea un libro como ese.
Sí, hay una explicación lógica.
No, no sé cual es.
Pero quería compartirlo con el público en general porque estuve un buen rato mirando el libro suicida, tratando de entender que lo había motivado a asomarse al vacío.
No es lo que uno llamaría un libro ágil, que podría haberse resbalado solo - sí, bueno, estoy tratando, ayúdenme o callensé - así que no sé qué habrá pasado.
Lo volví a empujar para adentro y los días continuaron.

Manteniendo la línea, continuando por la misma senda, contando cuentos de terror los jueves a la noche, el martes pasado llegué al laburo a las 15 30, como hago todos los martes y me puse a conversar con Moni, la chica que limpia por las tardes.
Moni está sola en la casona desde las doce que nos vamos todos hasta las tres y media que llego yo.
Moni a eso de las dos estaba limpiando el pasillo grande del ala oeste, cuando escuchó el click de un interruptor, y cuando fue a mirar, se encontró con que la luz del pasillo del ala este - que lindo decir alas, suena como si fuera una mansión victoriana... de acá a escribir novelas góticas un paso - estaba prendida.
Cuando ella había pasado el trapo de piso, un ratito antes, la luz estaba apagada.
Moni dudó si quedarse y seguir limpiando o ir a sentarse a los escalones de afuera hasta que yo llegara.
Eventualmente apagó la luz - que no se volvió a prender, gracias por preguntar Bebilacqua - y se fue a seguir con el ala oeste... de donde no se movió hasta que yo llegué.

No, sí, ya sé, como dije antes, hay una explicación lógica, los interruptores no se clickan solos - aún cuando todavía estoy tratando de explicar quien prendió la luz del baño aquella mañana el año pasado en que yo llegué y me encontré con todo iluminado cuando la noche anterior yo me había ido y había dejado todo apagado - así que ... bueno, eso, así que.

En un pie de página que converge dos historias recurrentes en este blog, una de las chicas del laburo asegura conocer a Pelu de otro lado y dice que es un excelente chico de sistemas y un tipo honesto. Y que Pelu fue a comentarle un par de veces que está preocupado, porque todos le echan la culpa de los programas que se borran de las computadoras de la sala de computación, cuando él no borra nada.
Considerando que yo le he echado la culpa mas de una vez por programas desaparecidos en acción, no sé cómo tomar esto.
Ël dice que no es. Yo sé que no soy. Nadie mas puede borrar cosas en las máquinas porque sólo él y yo tenemos la clave de programador.
Seguro que Pelu está mintiendo, ¿no?

Este lugar a veces me preocupa un poco.
Pero sólo un poco.
Hasta que no vea algo moviéndose frente a mí, vamos a estar bien...
Por cierto, si hay algo leyendo por sobre mi hombro, esto no es un desafío.

19 jun 2012

El León bajo la Nieve

Nevó el sábado.
Lo estuvieron anunciando durante días.
¿Cómo iba yo a saber?
Nunca le embocan las personas del pronóstico.
Hace años que vienen anunciando nieve, dejándonos a todos con las ganas en la boca.
Este año, que yo organizo una salida al zoológico con mi niña y sus amigas... nieva.

Yo sé que no es nada personal, que el universo no me tiene entre ceja y ceja, que el universo no tiene ningún tipo de interés en mí. Pero a veces pareciera.

¿Qué dije yo? Vamos al zoologíco el sábado a festejar tu cumple. ¿Qué dijo el clima? Vamos a nevar como no nevamos desde hace siete años. ¿Cuándo? El sábado. ¿Qué tal el domingo? No, no, el domingo vamos a hacer sol. Tengo ganas de nevar el sábado.
Y nevó.
Contra toda mi tozudez - "pero estás segura que querés ir al zoológico, mirá que dicen que va a nevar..." "¡Hasta que yo no vea los copitos, el plan se mantiene!" - la mañana del sábado estuvo punteada de copitos blancos.
Viste el copito, ahí está el copito.
Ufa.

El Plan B entró en vigencia, las ruedas de la organización giraron y convertimos una salida al zoológico en una salida al cine a ver Madagascar 3.
Sí. Quiero mover el bote.
Me gusta.

Las seis niñitas llegaron a las 14 horas como habían sido invitadas, ninguna se atrasó. Salimos de casa, llegamos a los Village - donde no había nadie, cosa muy curiosa -, retiramos las entradas de la máquina express - porque las compramos por internet, já, que previsora que me siento cuando hago esas cosas -, compramos pochoclos y caramelos - again, no había nadie, así que no molestamos a nadie cuando corrieron en malón contra el mostrador -, y nos sentamos en un costado a esperar a que nos dejaran entrar.
Pese a que eran en total ocho niños, tengo que admitir que se portaron re bien. Mi stress -"¿Están todos? Undostrescuatrocincoseissieteocho... están todos... ¿Están todos? Undostrescuatrocinosesisietecho... están todos..." - era todo mío, ellos apenas si se alejaban un poco. Entre H, mi suegro y yo, como quien arrea gallinas, los tuvimos a todos encaminados.
Vimos la película con sólo una interrupción - "tenemos que ir al baño..." "¡¿Ahora?!" -, nos reímos a carcajadas - mucho mejor que Madagascar 2, totalmente -, y salimos, ahora sí lleno de gente, como debe ser, para volver a casa a la hora del té.

La fiesta en casa fue ruidosa pero sin pérdidas que lamentar. Música - era para filmarlas, dos enanas de siete años, discutiendo sobre qué videítos elegir en youtube -, pintura - las paredes sin pintar quedaron llenas de manitos y carteles de feliz cumpleaños -, jueguitos - "¿me toca a mí ya? ¡No me deja jugar!" -, comida, globos, sorpresita, gracias por venir.
Para cuando se fueron mis amigos, que habían pasado a soplar las velitas y comer torta, eran las nueve y media y yo estaba destruida.

Es impresionante lo mucho que puede cansar una tarde de películas.
Seguro que el zoológico no me hubiera cansado tanto.









13 jun 2012

Lucha Anual

Está llegando la fecha.
El mundo giró y volvió a girar y ya estamos llegando al cumpleaños de Rorro una vez más. Siete. Ya son siete.
Y parece que fue ayer que estaba sufriendo con los souvenirs de su cumpleaños de cinco. Y con los de seis. Y una vez mas acá estoy, sufriendo con los de siete.

La vida no es nada si no es una constante repetición.

Este año no vamos a hacer pelotero. Ya está. Gracias a Dios parece ser que terminamos con esa etapa - un huevo y la mitad del otro sale alquilar un pelotero en estos días, nomejodan - y la Ro prefirió hacer un listado de VIPs - no, Bebilacqua, uste´no está invitado - y nos vamos todos al zoológico/lógico/lógico, a ver animales, cuales/cuales/cuales, a ver animales, cualesqueséyo...
Perdón, me dejé llevar.
El zoológico no me preocupa en demasía. No van a ser mucho chicos, y vamos a ser tres adultos, yo creo - estoy bastante segura, diría que en un 98- 95 - 91 por ciento - que podemos manejarlo. Incluso la gente pesímista del pronóstico, que andan diciendo que el sábado va a ser el día mas frío del año, no me asustan. ¿Saben qué? Saco la lengua, soplo y hago sonidos obscenos en su dirección, gente pesimista del pronóstico. Eso hago. A ver Bebilacqua, ayudemé que a usted le sale mejor que a a mí. Eso, sonidos obscenos para todos.
Como si un poco de frío fuera a detener a ocho pibes de correr en un parque rodeados de animales.
Esta gente no sabe nada.

Lo que me preocupa, una vez mas entonces, es el tema de los souvenirs.
Porque después del zoo todos los pibitos van a venir a casa, y en casa va a haber que darles el té - que no me preocupa tampoco, las papas fritas de bolsa llegan lejos - y soplar la torta - que la voy a hacer bien temprano a la mañana... bien temprano... bien bien temprano... y ya me estoy empezando a deprimir de lo temprano que voy a hacer esa torta -, y cuando se vayan va a haber que darles un recuerdo de Constantinopla. ¿Cómo dice Bebilacqua? ¿Cómo es el chis-
Uh, no, de Constantinopla entonces no. No los van a volver a dejar volver a casa después de una cosa así.

La Ro ha decidido que la temática de su cumpleaños - temática, lo que se dice temática... no... pero bueno, el adorno de la torta y sus contrapartidas, pongamoslé - vendría a girar en torno al dibujito Kid vs Kat. Que lo dan en Disney XD.
Ese sobre un gato extraterrestre que vive con una familia y el chico de la casa que vive cohartando sus planes de conquistar el mundo. Sí, ese. Y no saben ustedes lo difícil que es encontrar cotillón referido a este dibujito en particular .Aparentemente sólo mi hija quiere un gato extraterrestre y un nene heroico en su torta de cumpleaños.
La sugerencia de Hello Kitty, después de una fingida consideración,  recibió una amable pero firme negativa.
A final nos hemos puesto de acuerdo y el souvenir va a consistir en un sendo DVD, con dibujitos de Kid vs Kat, con una carátula con el niño y el gato y un cartel que dice, feliz cumpleaños Rorro.

¿A que es bonito todo el asunto?
¿A que no saben la computadora de quién no está funcionando bien estos días?

Sí, era fácil adivinar esa pregunta.

Así que aquí estoy, con diez carátulas que imprimir, diez DVDs que grabar, diez capítulos de Kid vs Kat que bajar, un adorno de torta que manufacturar a mano de un pedazo de telgopor y una imagen impresa sacada de la internet, y una computadora retobada que noquierenoquierenoquiere hacer lo que le pido en tiempo y en forma.

Tal vez no parezca mucho, pero el tiempo se acaba y ya estamos a martes.
Tic tic tic, dice la cancion de Metallica.
Frantic tic tic.

De esa lista ya conseguí los dibujitos - Rorro tiene que ver si son lo que ella quiere que sus amigos vean... y esperemos que sí, porque otra vez pedirle a mi pc que cabecee va a ser difícil - y la imagen para el adorno - sólo falta entelgoporgarla.
Me quedan sólo tres días para imprimir, grabar y ensamblar todo el resto, y no tengo tiempo para trasladarme a ningún lado porque estoy - como tanta otra gente los días de semana - trabajando.

Este es el momento en que necesito que entre Tom Cruise, y mientras Limp Bizkit hace la música de Misión Imposible, dejo todo en manos de Ethan Hunt y me voy al carajo.

Por cierto, mi suegra compró un cartel para poner en la entrada de casa que dice FELIZ CUMPLEAÑOS, y tiene un Hello Kitty precioso.
No sé qué va a opinar la Ro de eso.

8 jun 2012

El Reciclaje de la Paciencia

Fui al mercadito cerca de mi casa el otro día.
Si bien es carísimo y la fruta y la verdura han visto mejores días - y etiquetan las ensaladas y demás envasados con fecha del día siguiente... ¿tendrán una máquina del tiempo atrás y las prepararan al día siguiente? -, tiene algo que no puede superar nadie y es que está a una cuadra de mi casa.
Dura realidad la del vago, pero no vamos a andar entrando en pecados capitales a esta hora, que hay demasiado sol.
Decía entonces, antes de que tratara de arrastrarme a una discusión religiosa, volvía del trabajo y fui al mercadito. Caminé por el pasillo largo, entre las góndolas, doblé a la izquierda, volví por el pasillo largo y en mi caminar junté cosas varias, tales como algunos yoghures, una manteca, un jugo, una tapa de tarta y así - lo que uno compra cuando va a un mercadito, vamos, tampoco esperen encontrar en mis compras algo sorprendente y revelatorio porque no. No, no voy a discutir religión, no insista.
Haciendo equilibrio con todo , llegué hasta la caja, saludé, dejé todo sobre el mostrador, la chica sumó todo, me pasó el total, le pagué y me dijo, "No estamos entregando bolsas."

Ajá.

Que bien, que ecológico, que tarada no me avisó antes.

Me señaló un cartelito atrás suyo que advierte de este hecho - y en mi defensa voy a decir que ese cartelito está ahí hace mas de un mes y ellos seguían entregando bolsas hasta la semana pasada por lo menos.
"Si querés podés llevarte una de tela." y me muestra la línea Beige de la colección Otoño Invierno, con el Logo "Victor" al costado, y como no me gusta pagar por la falta de información ajena, negué la oferta de comprar la bolsa de tela, le agradecí entre dientes, y haciendo malabarismo, metí algunas de las cosas chicas adentro de mi cartera y las demás las llevé como pude hasta casa que, por suerte, como comenté al principio de este posto, queda a sólo una cuadra.

Anoche fui al mercadito una vez mas.
Volvía del laburo y las circunstancias me llevaron en su dirección una vez mas.
No hagan comentarios, no puedo evitarlo. Tienen tarjeta, tienen una selección amplia - si bien un tanto venida a menos -, están cerca de mi casa y alegan tener una máquina del tiempo. Es terrible, debería resistir, pero es lo que es.
Decía, fui al mercadito, recorrí el pasillo, y cuando iba a empezar a agarrar cosas, recordé mi predicamento de la vez anterior, y me contuve.
Pasé de la largo frente a los yoghures y demás cosas pequeñas, resistiendo a duras penas, pensando que esta vez mi cartera era chica como para meter nada. Agarré pan y fiambre - está noche salen sánguches - y prometiéndome ir al supermercado a buscar el resto de las cosas al día siguiente, enfilé para la caja.
La chica me saludó, me cobró todo, y mireustedquécosa, metió mis dos humildes cosas EN UNA BOLSA.

Yo no creo que lo hagan para joderme a mí en particular, creo que es una cosa mas global, mas generalizada... pero que me jode, ME JODE.

5 jun 2012

De Traiciones y Bichos Rosas

Buenas y santas.
Mi hermana tuvo a bien el otro día el lanzarme una filípica de padre y señor mío frente al hecho de que tengo el blog medio abandonado. Considerando que yo este blog básicamente lo empecé para tener al día a los de allá de lo que pasa acá, podría decirse que tiene razón.
Como además mi hermana es una persona de armas tomar, y cualquiera que haya tenido un hermano de armas tomar sabe que son gente a respetar, voy a organizar mi tiempo y retomar este espacio - no festejen todos juntos, que después tengo que levantar el papel picado y creo haber aclarado ya que el tiempo no me sobra... - más o menos donde lo dejé.

¿Qué les estaba contando la última vez que lo dejé? A ver... el asesino era ... Ah, no, esa era otra historia que dejé por la mitad. Silencio, Bebilacqua, no le voy a decir quien era el asesino, será de Dios, lea un libro entero alguna vez, hombre.

Decía entonces, voy a retomar la escritura y volver al anecdotario que nos compete. Son ustedes bienvenidos para retomar la lectura o darse vuelta y seguir durmiendo, como sea no me voy a ofender.


Mis niños - como buenos ejemplares de este milenio - aman las computadoras. Las computadoras, los jueguitos, cualquier cosa que tenga una pantalla y haga ruiditos y luces, ellos se prenden.
En estos días, la Wii, que había sido abandonada un poco en haras de otros entretenimientos - gracia´dio soltaron mi notebook - pasó una vez más al primer plano, gracias a que el padre les ha conseguido varios jueguitos nuevos.
Entre esos jueguitos se encuentra Kirby´s Adventure.
Kirby´s Adventure - cuya versión americana se llama Kirby´s Return to Dreamland, cosa que yo no sabía y lo bajé también y casi me linchan cuando descubrimos que era EL MISMO JUEGO, no se confundan - trata sobre este simpático bichito rosa - Kirby, por si no habían adivinado - que vive en el planeta Pop, donde se estrella una nave que viene de... no sé, otro lado, y se rompe en varios pedazos. En la nave viaja un extrapopiano, que le pide ayuda a Kirby para juntar las piezas para poder volver a su planeta y derrotar al malvado... alguien, y etc etc. Empieza al juego.
Zeke amó el juego desde el principio. Un juego perfecto para un crío de cuatro años. Difícil como para que tenga que esforzarse para conseguir todo, pero no tan difícil como para que se frustre y no quiera jugar nunca más. Buenísimo para todos los demás, porque es un juego simpático, sin nada violento, con personajes tiernos - dentro de todo - y lo mantiene entretenido - a él y a la hermana cuando la convence - durante las horas en que los dejo perderse dentro de la máquina.

O sea que veníamos bárbaro.

Habrá estado dos semanas pasando nivel tras nivel - ayudado cada tanto por mí o por el padre. Juntando pieza tras pieza, festejando cada etapa superada, contándome excitado lo que había aprendido a hacer su bicho rosa, disfrutando feliz del juego... Hasta que llegó al final - o al pre final más bien, había un nivel bonus después.
Juntó todas las piezas, se las llevó al extrapopiano, estaba listo para su premio... Y resultó que el extrapopiano era MALISIMO. La pantalla se oscureció, el extrapopiano creció dos metros, se le pusieron los ojos rojos y nos contó que en realidad todo había sido un engaño para convencer a Kirby de ayudarlo, pero que él quería dominar el universo mbuajajajjajaa, y bla bla bla...
Vieran ustedes la cara de horror de mi niño el menor.
La tristeza.
"Pe´o... ¿poqué es malo?"
La traición.
Trató de jugar un poco más, de pasar el nivel extra y derrotar al Malísimo Extrapopiano, pero ya no era lo mismo.
Al final apagó todo, borró todo, me dijo que odiaba haber ayudado al malo a ganar - con otras palabras, pero el espíritu era esa - y que nunca mas quería jugar a la Wii - eso ya se le pasó.

Ahora, yo me quedé pensando, ¿la gente de Nintendo no prevee eso? Está bien, quizás mi niño sea un tanto sensible y a otros nenes no les pase. Pero ¿no se les ocurre pensar que a los nenes chiquitos no les gusta pensar que fueron traicionados por alguien en quien confiaban? Digo, no. De pronto, me parece... ¿no sería mejor sacarnos el tema de la traición de encima ANTES de que el crío haya perdido dos semanas ayudando al malo de incógnito y pensando que estaba haciendo algo bueno?
Yo sé que la vida no es fácil, pero prefiero explicarle a mi cachorro de cuatro años que la gente se muere, a tener que explicarle que a veces, más de las que uno quisiera, va a pasar que alguien en quien él confíe va darse vuelta y lastimarlo.

Para explicar esas cosas siempre hay tiempo.

El asesino era el masajista, por si alguien se había quedado con la duda.


9 may 2012

Zapatos no tan Altos

Iba yo hacía el trabajo, un par de mañanas atrás, y delante mío caminaba una mujer regordeta encaramada sobre un par de zapatos altísimos. Lamentablemente para ella, para mí, y para cualquiera que estuviera en ese instante mirandolá, no tenía ni idea sobre como caminar con ese tipo de zapato, lo cual hacía de todo el ejercicio algo penoso de observar.
Eran unos lindos zapatos, de gamuza, con cordones, en una mujer con mayor talento - ni siquiera voy a decir con mejores piernas, con talento hubiera bastado - la cosa hubiera funcionado como un reloj.
Pero no habría de ser.
Tengo que agradecer que al menos no se cayó redonda - soy malísima para ver bloopers, me dan mucha pena - y si bien venía escorando, logró entrar a la dependencia pública a la que se dirigía sin daños que lamentar.
Este encuentro me llevó a pensar en que necesito zapatos de taco alto y de ahí salté a qué tan alto son en realidad los tacos de los zapatos.Una cosa llevó a la otra, el sr google me abrió la puerta, un link me linkeó a otro, y antes de que me diera cuenta, me encontré en un foro de travestis, donde me contaron algo sobre zapatos que yo no sabía ... Para ser honesta, tampoco era algo en lo que hubiera pensado mucho, pero ahora que lo sé, no puedo evitar pensar que es mi deber compartirlo con el resto del mundo... o al menos con ustedes que leen esto, porque aparentemente los travestis del mundo ya lo saben.
¿Están ustedes sentados?
¿Listos?
Ahí va.

Si uno se sube a un zapato con un taco de diez centímetros, no agrega diez centímetros a su altura, agrega sólo ocho.

¡Lo sé!
¿No es impresionante?

¿Cómo dice Bebilacqua? ¿Que a quién le interesa? Mire, no me haga sacar las fotos de la última fiesta de disfraces del colegio. ¿Eran suyas esas medias de red? ¿Y esas botas? Sí, claro, prestadas. A quién le pidió prestadas unas botas bucaneras número 45 me pregunto yo... ¿Por qué guardo esas fotos? Para momentos como este, Bebilacqua, me extraña que a estas alturas del partido todavía me lo pregunte.
Decía entonces yo, j´accuse, mas bien, que las casas de zapatos del mundo nos vienen engañando desde los albores del taco alto.
Vendría a ser, diciéndolo de manera prolija y como si lo hubiera copiado de otro lado, que la ganancia de altura es la elevacion que se consigue de la elevacion del tobillo, que es menor que la altura del taco. Esto es así por que la altura del taco se mide en la parte posterior del zapato, que esta mas atrás que la articulación del tobillo,  por lo que proyecta mayor altura. O sea que para que la altura del taco fuese igual a la ganancia de altura lograda por la persona, el taco debería estar ubicado  justo en la vertical del eje de la pierna. O sea que para medir diez centímetros más, en realidad hay que subirse a un zanco.


Incluso, y porque yo soy así, servicial, fui y conseguí una foto ilustrativa al respecto - sepan ustedes disculpar el zapato amarillo, yo hubiera preferido algún tipo de sandalia negra, de esas con tiritas sexys a las que uno mira y es un acto reflejo invitarlas a salir, pero ésta era la última foto ilustrativa que quedaba así que no me quedó otra - donde pueden ver el taco engañoso (A), y su verdadero poder elevativo (delta)




El mundo es un lugar triste si uno ya no puede confiar ni siquiera en los propios zapatos. Años pensando que mis botas me subían al metro setenta y cinco cuando la verdad era que apenas si me arrimaban al metro setenta y dos...
Que no, Bebilacqua, que no voy a borrar las fotos. Y no siga insistiendo o las voy a subir a internet y ni siquiera los travestis del foro creo que quieran verlas.

4 may 2012

La Rendición



"... bueno, listo, quedamos así, besote," y corté la comunicación.
"¿Quién era, ma?!
"Para mí, Ro."
"Sí, pero quién."
" Para mí, no seas chusma."
"¡Pero contame!"
"Dejá de ser tan curiosa."
"Pero quiero saber."
"No todo es para que vos lo sepas."
"¿Por qué?"
"Basta, Ro. No podés ser tan curiosa."
"¿Por qué no?"
"¿No escuchaste nunca la frase La Curiosidad Mató al Gato?"
"¿Qué es eso?"
"Una frase."
"¿Cómo es?"
"La curiosidad mató al gato."
"¿Y por qué lo mató?"
"No lo mató... Quiere decir que se metió donde no debía."
"¿Cómo se metió?"
"Metió la nariz donde no era asunto suyo."
"¿Dónde la metió?"
"Es una forma de decir."
"¿Y le arrancó la nariz?"
"No, Ro, no metió nada."
"¿Pero qué era donde metió la nariz?"
"No sé, Ro, una picadora de carne."
"¿Y por qué no la sacó?"
"Porque no la podés sacar."
"¿Por qué no?"
"Porque te arrastra para adentro."
"¿Y picó a todo el gato o sólo la nariz?"
"Era tu tía, Rorro. Era tu tía en el teléfono."


24 abr 2012

El Equipo Amarillo



Tuvimos ya el primero Encuentro Familiar de la salita de Zeke.
Un sábado.
¿A quién carajo se le ocurren estas cosas?
En serio.
Recibí la nota/amenaza el martes anterior al evento. "Este sábado a las 14:30 bla bla bla" y finalizaba con un gran "¡Y traigan muchas ganas de divertirse!"

Matate.

Cualquiera sabe que si te avisan que lleves ganas de divertirte es porque la diversión no está garantizada. Decir eso es darle el último martillazo al ataud.
Pero yo me anoté igual. Porque yo soy una madre responsable. Porque yo no conozco a ningún padre del colegio nuevo de Zeke y me parece que si este chico alguna vez quiere socializar con sus compañeritos está en mí hacer el esfuerzo de conocer a alguien. Porque yo soy así de boluda, ¿vio?
Así que me anoté. Y anoté a Rorro y a Zeke y al hombre de mi casa, que trató de salirse por la tangente alegando que tenía un almuerzo de cumpleaños en otro lado y al que por una vez le dije firmentemente "si yo voy a bancarmeló, no voy a ser la pelotuda que se lo banque sola." y claudicó. O al menos semi claudicó y prometió que iba a llegar después del cumple. Considerando que era el de un amigo cercano, tampoco podía obligarlo a faltar... Ya hubiera querido yo, la PMQLRMP.
La Ro trató de retobarse el viernes anteior a la noche, al grito de "¡no quiero ir nada!" Perono cedí. Yo también lloro por no ir a esas cosas y nadie me presta atención. Que aprenda que la vida es dura.
Así fue como el sábado nos apersonamos en el lugar - muy lindo el lugar, hay que darles eso, un campo enorme, rodeado de árboles - con un montón de facturas y "muchas ganas de divertirnos."

Matate 2.

Para empezar, no había casi nadie de la salita de Zeke. El grueso de la gente - y había algunos que se habían traído hasta los tíos abuelos por parte política - eran de la salita de 3, por lo que enseguida pude notar que la razón primera de toda la tortu- de todo el asunto, no iba a lograrse. Iba a salir de esto tan ignorante de los compañeritos de Zeke como había entrado.
Pelotudeamos un ratito, saludé un par de caras conocidas, acompañé a mis cachorros en la trepadora, y luego nos arrearon como a ganado, animándonos con lindas cancioncitas de jardín, y nos dividieron en grupos.
Yay, juegos de equipo. Denme un revolver.
Me tocó el equipo amarillo. Las dos o tres caras conocidas no estaban ahí. Pero eran buena onda, por lo que traté. Juro por mi vieja que traté.
Zeke se sentó en el pasto y se negó de plano a jugar.
"Dale, Zeke, va a ser divertido. Yo juego con vos."
"¡No quiero!" y eso fue todo.
Rorro corrió en la primera carrera y después huyó a la trepadora.
Zeke escapó con ella.
Traidores.
Cría cuervos y te sacarán los ojos ¬ ¬ 
Yo quedé varada en el equipo amarillo jugando juegos como "correr y levantar bollitos de papel con una batidora", y "correr y atar soguines para eventualmente saltar a la soga", y "representar un cuento de hadas para que los chicos lo adivinen" - por cierto, fui un fabuloso Enano Nº3.

Matate 3.

Hay cosas que no son para mí.
Estas cosas, por ejemplo.
El hombre de mi casa, en medio de todo eso y mi mal humor creciente - porque puse voluntad, juro por Dios que puse voluntad, pero la voluntad llega hasta ahí, después la realidad se instala - avisó que estaba tarde, pero que en cuanto pudiera venía. Ese mensaje llegó a las cuatro y media y el coso terminaba cinco y media. Ah, la felicidad.
El último juego fue una Búsqueda del Tesoro a la que mis tesoritos tuvieron a bien prenderse. Eso fue entretenido. The highlight de la tarde. Encontramos el tesoro - que era un señalador para cada uno... corchazo para las maestras si alguien me pregunta a mí - y nos dieron permiso para que fuéramos a tomar el té de una vez.
Encontré un lugar en una mesa, abrí el paquete de las facturas, mis niños se fueron corriendo a los juegos otra vez, yo hice vagos sociales con la familia de mil que había al lado mío en la mesa - gente agradable, no sé quienes eran - comí mas facturas de las que hubiera debido - yo y una nena que se acercó a llevarse las de membrillo - y traté de no sentir que mi tarde había sido un desperdicio de proporciones épicas.

H llegó a las cinco y cuarto. No lo asesiné simplemente porque A) porque estaba feliz de ver una cara conocida. y B) él tenía las llaves del auto.
Las maestras organizaron una ronda de cantitos antes de irnos - Zeke una vez mas se negó a participar, la seño trató de convencelo, pero a mí a estas alturas ya me daba todo lo mismo - y finalmente, después de quince minutos de ver cantar y bailar a quince mujeres adultas y a doce nenes canciones con rimas básicas, se hicieron las cinco y media y nos dejaron escapar.
Saludamos velozmente - conseguí UN número de teléfono de un amigo de Zeke, albricias, la tarde no fue un total y absoluto desperdicio - y huímos...

Al próximo no voy nada, ya aprendí mi lección, si alguien quiere socializar conmigo que venga a buscarme a mi casa.