Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

30 dic 2010

Sí... pero no...


Quiero leer algo y no sé qué.
No es una cuestión de que alguien me recomiende un buen libro, porque tengo recomendaciones y listas de libros por todos lados. Maldito Karma, de David Safier suena bien, por ejemplo. O A Tres Metros Sobre el Cielo, de Federico Moccia. O intentar otra vez leer todo A Game of Thrones, de RR Martin.

Y la lista sigue.

El problema es que quiero leer algo, pero no sé qué.
Tengo el equivalente mental al gastronómico "quiero comer algo rico pero..." no estoy del todo segura qué.
Tiene que ser rico,eso seguro, ¿que gracia si no? Para comer hojas de parra estoy yo.
Pero a partir de ahí ya el asunto se desmadra. Tiene que ser rico y tiene que ser... ¿qué?
Porque quizás pudiera ser algo salado, como salmón ahumado... o aceitunas rellenas... o uh, ciervo. O mariscos... Un antojo de algo distinto. Pero, si uno lo mira bien, y aparece la oferta correcta, tampoco despreciaría algo dulce, como un charlotte de frutillas, o una ensalada de frutas con helado de crema, o panqueques de manzanas al rhum...

Ese es mi problema en este momento. Tengo ganas de leer algo rico, pero no podría asegurar si quiero leer algo dulce o algo salado, frutas o ahumados, o qué demonios. Tengo la necesidad, pero lamentablemente no logro ponerle el dedo encima.

Es una sensación muy molesta, porque eventualmente ante la total falta de decisión uno termina comiendo pan, que me gusta, y ocupa le mandíbula, y llena el estómago, y a veces puede ser que venga con manteca y dulce, pero para cuando llego al final... la verdad que hubiera preferido leer otra cosa.

Y por cierot, por si alguno está interesado, hay tres Jorges - que yo sepa - entre los que hacen campaña en estos días. En serio, ¿cómo pretende la tal Carolina que yo le de mi opinión sobre SU Jorge, si no me aclara QUE Jorge es?

28 dic 2010

Uno Mas y Van....


Mi plan para estas Navidad era muy simple - mas aún considerando el incordio que me resulta el plan que tengo para Año Nuevo. Ibamos a ser los mismos 6 locos de siempre, a saber, yo, H, mi suegra, mi suegro, Zeke y Rorro. Yo iba a hacer matambre relleno - para variar del pollo relleno que me venció las últimas tres Fiestas - , ensalada de palmitos y anana - una tradición GN - y cheese cake - de la CheeseCake Factory, sí, ¿y qué? - esperar a Papa Noel con los regalos y doppo irme a dormir tan tranquila. No la noche mas movida del año, pero sí una buena noche.

Conversando con mi amiga C en mi cumpleaños, me comentó que ella también iba a estar con sus suegros sola - es decir, sus tres críos, su marido Y sus suegros. Merced de esto, dos días después me llamó y nos invitó a pasar Nochebuena con ellos. Así sus suegros y los míos conversaban y todos teníamos las fiestas en paz.
No soy una persona muy sociable - yo sé que engaño, que en persona parezco que sí, pero la verdad es que no - por lo que dudé un poco. Pasábamos de ser 6 locos a ser 13 con un tronar de dedos...
Pero bueno, pensé, por qué no. Le pregunté que llevaba, "lo que quieras", matambrerellenoensaladadepalmitosyananaycheesecake, perfecto. Y quedamos así.

Al día siguiente me comentó que también iba a estar su sobrino de Córdoba - la familia original de ella está allá -y con eso ya éramos 14. Bueno. Mas tarde llamó para avisarme que sumaba a su amigo Marcelo y la novia, que yo sólo los conozco de vista. Y ya eramos 16.
Cambié la cheesecake por mousse de chocolate, que se puede hacer en mas cantidad y empecé de a poco a pensar que haber aceptado la invitación quizás no había sido la mejor de las ideas.
Para el viernes a la tarde, cuando llamé a C para pedirle la dirección de su casa nueva ya de 16 habíamos pasado a 19, merced de la suma de otro amigo y familia que también habían quedado huérfanos de Navidad.

El hombre de mi casa, con el que comparto varias cosas, entre las cuales se encuentra este desagrado por socializar, trató de tranquilizar mi desasosiego creciente con un "no te preocupes, brindamos y nos vamos" y continué cocinando - matambrerellenoensaladadepalmitosyananaymoussedechocolate - porque pese a comentarios denigrando mi salud mental, a mí me gusta mucho cocinar para las fiestas.

A la hora señalada, luego de adecentar a niños y adultos y empaquetar todo lo cocinado, partimos a lo de mi amiga. Encontramos la casa - a pesar de un giro en dirección incorrecta sobre mi "¡pero es por ahí!" que mi marido ignoró a conciencia - y para cuando entramos, con todo a cuestas, el 19 se había convertido en un cómodo 23, con amigos de no sé quien salidos de debajo de la alfombra.

Mon Dieu.

... Yo sé que es época de reuniones y demás, y que a muchos esto les parecerá difícil de entender, pero pasar de 6 a 23 sin solución de continuidad para mí es mucho. Si hubiese sido un cumpleaños o alguna otra cosa, en la que yo no tengo ni arte ni parte, todo bien, pero por regla general, prefiero mis navidades menos tumultuosas...



Igual voy a admitir que no la pasé mal, la comida estuvo buena - no sólo mi matambrerellenoensaladadepalmitosyananaymoussedechocolate -, mis niños se divirtieron, brindamos mirando los fuegos artificiales de los vecinos, comimos peladillas y turrones y para las dos estábamos en casa abriendo los regalos de debajo del arbolito.

Pese a mis protestas, fue una buena navidad.
Espero que las suyas, pese a cualquier protesta que puedan tener, hayan sido buenas también.

22 dic 2010

Explicaciones Lógicas


En una nueva entrega de los misterios de la biblioteca - Bebilacqua, si me va a tomar el pelo se retira de inmediato de la institución - voy a pasar a contarles los últimos dos casos extraños que han sucedido en este benemérito lugar.

Ayer lunes, llegué por la mañana a mi lugar de trabajo, y Vale me puso al tanto de como, estando ella un rato antes conversando con una de las teachers en uno de los pasillos, pudo escuchar pasos acercándose a ellas desde el ala vacía del edificio.
Primero se hizo la pava. Al cabo que si no hay nadie, es poco probable que suenen pasos, ¿no es verdad, damas y caballeros? Pero los pasos continuaron y dice que se le debe haber notado en la cara la impresión que el ruido le estaba causando, porque la teacher con la que estaba hablando le dijo un tanto preocupada, "Yo también los escucho", y acto seguido abandonaron - veloces veloces - el pasillo por áreas mas habitadas del lugar.
Cuando le contaron esto a otra de las teacher, que llegó un poco después, esta, como para agregar verdura al caldero, alegó "bueno, en el estacionamiento atrás hay olor a muerto, así que..."
Después me aclaró a mí que se refería a algo podrido, no tenía por que ser algo muerto per se, pero igual empezar así la semana no fue la mejor de las ideas.

Por cierto, escribir esto en la biblioteca vacía no me está ayudando en nada.

Continuo con el siguiente caso.

La semana pasada, me llamaron desde la secretaría. Dejé mis cosas como estaban, me puse de pie, salí por la puerta y cerré con llave antes de irme... Como cualquiera.
Al volver, encontré sobre mi silla la pinza que uso para desatascar la trituradora. Sobre el asiento de mi silla. Es decir, no estaba ahí cuando me fui. Estoy bastante segura de que me hubiera dado cuenta si esa pinza hubiese estado debajo de mi traste antes de irme - Bebilacqua, otro comentario respecto al tamaño de mi derriere y vamos a tener un problema.
Fue... curioso.

Galileo decía "Todas las verdades son evidentes una vez que han sido descubiertas. Lo difícil es descubrirlas." y estoy completamente de acuerdo con el caballero. Obviamente mis dos casos tienen una explicación lógica y perfectamente razonable. El problema viene a ser que yo no sé cual es esa explicación.

Y para terminar, como un bonus, porque a estas alturas la paranoia me tiene mirando a mi alrededor cada treinta segundos, hará un par de semanas, mientras estaba en la computadora, hubiera jurado - y no, la botella de whisky estaba cerrada - que vi el reflejo de alguien parado atrás mío.
Considerando que una vez una alumna trató de asustarme cuando estaba trabajando y la pesqué porque vi su reflejo en el monitor - a esto estuvo del cachetazo la mocosa - tengo experiencia en ver gente en mi pantalla. Y si bien salté con la misma premura que en aquella memorable ocasión, esta vez no había nadie.

Tengo que decir que me gusta este lugar, pero a veces se pone un tanto peculiar...

21 dic 2010

El Pequeño Planeta que Pudo.


Tuve un excelente cumpleaños, sí sí, gracias por preguntar.

No hubo viento - que parecerá una cosa muy tonta de decir, pero acá cuando sopla, sopla, y está pronosticado para todo el mes, mi patio es una mugre, así que que amaneciera sereno y se mantuviera así, fue todo un logro.
Por la mañana fue la fiesta de fin de año de Zeke, en la cual "actuó" de explorador, lo que quiere decir que salió al escenario, miró al público con ojos enormes el tiempo que duró su número, y después fui a buscarlo.

A la hora de la siesta por uno de esos milágros navideños, todos durmieron, por lo que yo disfruté el silencio por mas de dos horas, lo cual fue maravilloso, maravilloso, maravilloso.
A la hora del té cayeron las muchachas con lemon pie y regalos. Yo aporté torta de chocolate y mate, y gracias al no viento anteriormente mencionado, pasamos la tarde en el patio hablando de huevadas muertas de risa, con niños y perro corriendo alrededor.

A la nuit mi amiga Aylín se quedó con la troupe -"¡esta noche viene Aylín! ¡vamos a ver películas y comer pochoclo y quedarnos despiertas hasta tarde!" - y partí con mi legítimo a cenar. Yo me comí una enorme ensalada - venía de demasiada torta y otras cosas indigestas - verde muy verde que le hubiera hecho los honores a una vaca tanto pasto había ahí, con trucha y camarones, después postre - fruta, manteniendo la línea... con crema, ya la línea no es tan delgada - y me regalaron un vino. De ahí nos fuimos al cine a ver Tron en 3D. Mi primer película en 3D. Aaaah, ¿te acordás, viejo? Antes las películas era chatitas... Todavía no sé qué opino. Quizás no estaba filmada para 3D y la toquetearon, porque la mitad me la pasé como las viejas, mirándola por encima de los anteojitos mágicos y no noté mucha diferencia... Lo que sí, salí con dolor de cabeza y un sueño marca cañón... Pero al día siguiente, como Aylín se había quedado a dormir, me levanté como a las 10. Un lujo.

All in all, un excelente cumpleaños.

Ahora, que cosa curiosa, yo debo de ver muchas películas y no puedo evitar aquello de la ley de Hollywood, o, hablando mas seriamente, el traer a colación a todos esos filósofos que hablan sobre el ser humano y su aparente inhabilidad para ser disfrutar el ser feliz, porque tengo que admitir, fue un día tan bueno, que nunca pude sacudirme de encima la idea de que algo malo iba a pasar en algún momento.

No, no estoy loca ni tengo tendencias fatalistas.
Al menos no creo.
Estoy segura de que hay mas gente allá afuera que piensa parecido...

Por suerte nada sucedió y ya es lunes otra vez y todo sigue como tiene que estar, amén de un año mas abajo del cinturón.
Paco, champagne para todos. Del rosa que es el que me gusta a mí, si alguien protesta, también hay jugo de naranjas.
Chin, chin.

18 dic 2010

La Puerta y el Reloj


Hubo un episodio de la serie Mad About You, con Helen Hunt - antes de los oscares - y Paul Reiser - antes de nada en particular - que decidieron filmarlo todo en una sola toma, sin cortes. Como una obra de teatro.
Supongo que al ser una serie con muchísimo rating estaban aprovechando para experimentar un poco.

Todo el episodio, los veintidos minutos, trata sobre este matrimonio - la serie en sí trataba sobre los ires y venires de un matrimonio joven en Nueva York - que a estas alturas de la serie han tenido una hija, y cómo deciden seguir el consejo de un libro de psicología infantil y dejarla llorar hasta que se duerma. Todo el episodio, sin cortes y en una sola toma, es sobre ellos dos, sentados a la puerta entornada de la habitación, cronómetro en mano para medir lo que le toma y cualquier cosa entrar después de determinada cantidad de tiempo, escuchándola llorar y luchando por no ceder. Así contado no parece la gran cosa, pero recuerdo que estaba maravillosamente actuado y escrito, y las conversaciones respecto a como Mabel - la nena - tenía, según los libros, que aprender que los padres no siempre iban a estar, y lo mucho que cuesta, y el apoyo entre los dos para no rendirse ante la angustia, eran tan reales, que yo, años después, todavía lo recuerdo con gusto. Por no hablar de los momentos divertidos, como cuando descubren que el perro quedó dentro del cuarto y él lo va a buscar arrastrándose y vuelve con el perro arrastrándose junto a él.

En fín.

El punto es que para el final del episodio ya están los dos trepándose por las paredes. Ella finalmente no lo soporta mas, se rinde, a la mierda con el cronómetro, y está por entrar, cuando la bebé deja de llorar.
Se miran y luego se asoman por la puerta entornada, para ver que efectivamente se ha quedado dormida.
Hay un minuto de silencio y creo que es él que comenta algo como está bien, así Mabel va a empezar a darse de que ellos no van a estar siempre.
Pero me acuerdo posta que el episodio termina con ella que le alcanza el cronómetro al marido y murmura, con tono triste,
"... retrocede el reloj."

Así me sentí yo el otro día, cuando la Ro terminó preescolar y me dijeron que pasó a primer grado.
Ya sé, es como tiene que ser...
Pero no puedo evitarlo.
Alguien, hágame el favor, retroceda el reloj.

16 dic 2010

Una Abundancia de Jorges


La semana pasada, alrededor de las nueve y media de la noche, sonó el teléfono fijo de mi casa. Esto no suele suceder a menudo, ya que como muchas otras personas, nos manejamos mayormente por celular y como además compartimos la línea con mis suegros, normalmente cuando suena es para alguno de ellos. Dicho esto, lo ignoré olímpicamente y continué con lo mío.
Dos minutos después, alguien golpea la puerta de mi casa y cuando voy a atender, me encuentro con mi suegra - que todavía no tiene puñetera idea de como transferir la llamada a la otra casa - teléfono en mano con una llamada para mi marido.

"¿Quién es?"
"No sé, es para Henry" y desde mi cuarto llegó el grito de protesta de mi legítimo con un,
"Si es para mí, no estoy."
Saludé a mi suegra, cerré la puerta y atendí la llamada.

Después de repetirme a quién buscaba - con nombre y apellido - , y haberle yo dicho que dicha persona no estaba en condiciones de venir al teléfono pero que me diera el mensaje la señorita se presentó.
Su nombre era Carolina y llamaba de parte del MVN (o el PBN, o la PCB, o el NPB, o la NBC, no podría asegurarlo), que habían abierto las internas y ahora cualquier podía votar y estaba haciendo una encuesta y quería saber si mi marido estaría dispuesto a apoyar la campaña de Jorge.

... ¿Eh?

"Bueno," le contesté, sin saber que otra cosa decirle, pensando para mis adentros en que la suya era una forma realmente estúpida de llevar a cabo una encuesta "yo le paso el mensaje" porque qué otra cosa podía decirle.
Ni siquiera estaba muy segura de qué Jorge me estaba hablando.

"Gracias," e insistió, "Pregúntele por favor cual es su opinión sobre la campaña de Jorge."
" Listo, yo le pregunto." y corté la comunicación.
"¿Quién era?"
" Querían saber tu opinión sobre la campaña de Jorge."
"... ¿Qué Jorge?"
"No sé. ¿Cuántos Jorges hay?" y eso fue todo.

Carolina nunca llamó para saber que había contestado mi hubbie a su pregunta.
Se ve que en realidad muy interesada en saber no estaba.

14 dic 2010

Malinterpretaciones


Estaba yo conversando con Zeke en el pasillo y él me contaba que había dejado su autito rojo en el "viving".
Mi legítimo, que venía del cuarto sonrió ante la palabreja y le preguntó,
"¿Dónde?"
Zeke le devolvió la sonrisa, divertido también, y arqueó las cejas sin contestar. Hubbie con el pulgar señaló en dirección al living,
"¿Que es eso?"
La sonrisa de Zeke se tornó brillante, yo sé la respuesta a eso, papáaaaaa
"El dedo."
El hombre de mi casa sofocó una risa y señaló enfático, apuntando una vez mas en dirección al living,
"No, eso de ahí."
La sonrisa de Zeke pasó a ser expectante, no sé a qué estás jugando pero dale, juguemos,
"¡La pared!"
H avanzó dos pasos hasta salir del pasillo y señaló el living propiamente dicho,
"No, Keke. Eso, dónde esta eso."
Zeke contestó veloz y seguro,
"¡En la casa!"
Ahí fue cuando intervine, y con un beso y un abrazo le pregunté donde estaba su autito rojo y él, mirándome con cara de "ah, eso", contestó triunfal,
"¡`ta nel piso!"
El problema, obviamente, es nuestro, que no sabemos hacer las preguntas correctas.

10 dic 2010

Serpientes y Escaleras


Veíamos ayer con mi legítimo Las Crónicas de Narnia, El Viaje del Guerrero del Alba. O Narnia 3, para mas datos.
Si alguien no leyó los libros pero sí vio las películas, en este viajan los hermano mas chicos - ya no tan chicos - Edmund y Lucy, y un primo lejano de nombre Eustace, y se encuentran con el principe Caspian en un barco. Han pasado un par de años ya y van en busca de la aventura que acontece en la siguiente hora y media de película.

Está buena, me divirtió. Pero a mí me gustan ese tipo de películas así que no sé que tanta recomendación sea.

Con H en un momento nos pusimos a comentar que curioso era el pasaje del tiempo en la historia, que la primera vuelta ellos pasaron veinte años allá y al volver habían pasado cinco minutos, y sin embargo esta vez pasaron acá unos meses y al ir para allá sólo habían pasado un par de años. Se ve que C.S.Lewis era muchas cosas pero la física cuántica se le escapaba un poco.

Eso me lleva a mi posto de hoy y a lo mucho que me indigna - sí, indigna, y es algo que no puedo superar, aún cuando han pasado muchísimos años desde que leyera los libros - el final del primer libro.
Algo a niveles de "Y luego despertó y era todo un sueño" - horror de los horrores -, algo que sólo Lewis Carrol puede hacer y el resto que no lo intente.

No creo estar arruinándole nada a nadie - si alguien no leyó los libros o no vio la primera película, acá es el momento en que tiene que taparse los ojos porque voy a contar el final..., usted ya la vio, Bebilacqua, no se haga el pelotudo - cuando digo que la forma en que los cuatro Pensieve vuelven a casa, después de pasar veinte años en Narnia, es frustrante.
Frustrante.
Salen del placard y... cha chan ¡vuelven a ser críos!

¡¿Qué demonios?!

Creo que de todos los finales que pudo pensar ese es uno de los mas crueles pudo hacer el escritor.
No sé si no lo pensó. Si tenía planeados ya los otros libros. Si no les dio profundidad - habiéndo leído los libros años mas tarde me parece que es eso, son medio bidimensionales los pobrecitos. Pero la verdad verdadera, no puedo evitar pensar en esas cuatro personas pasando veinte años en un lugar, creando una vida, cumpliendo años, gobernando un reino. Juntando amigos, conociendo gente, haciendo planes. Para que de golpe y de la nada, porque se equivocan de camino en el bosque - ni una puta brújula entre los cuatro, gente grande -, terminen de vuelta en la Inglaterra rural de la Segunda Guerra, como cuatro críos, subordinados nuevamente al resto del mundo... Yo, de haber sido uno de ellos, creo que hubiera saltado del precipicio mas cercano. Posta. Uno, dos, tres, bam.
Hagan el cálculo. Ser un adulto, un rey, sin nadie que me diga que hacer, mas allá de lo razonable. Teniendo planes para viajar, para el día siguiente, para los próximos veinte minutos, quizás habiendo conocido alguien con quien guiño guiño codazo codazo... Y por un accidente mágico-geográfico, quién puso ese placard ahí, volver a la casilla uno, despojada de todo eso, me haría saltar la térmica. Por completo. Me quemaría todo el cableado.
Imagino hoy día, meterme en el placard a guardar las toallas y amanecer hace veinte años, sin nada de lo que tengo hoy. Por favor, no, que se me frunce todo. Mis doce años fueron buenos, pero ya está, ya pasó.

Sí, ya sé que es un libro para chicos - Bebilacqua no ponga esa cara -, y que estoy pensando demasiado en el tema y para qué sobreanalizar tanto las cosas, y que debería ocuparme de cosas serias - shh, que me hacen reír -, pero cada vez que sale una nueva película no puedo evitar el disgusto.
En mi humilde opiníón, y con todo respeto, C.S.Lewis los garcó desde la copa de un pino y si hubiera sido hoy día, esos chicos hubieran tenido años de terapia por delante.

8 dic 2010

Por una Etiqueta


325 pesos me quería cobrar por una pollera de jean.
¡UNA POLLERA DE JEAN!
¿De qué estaba hecha? ¿De seda de la China? ¿De hilos de oro? ¿De terciopelo importado?
No, no.
Acerquensé. Les voy a decir.
¡Estaba hecha de jean!
De mezclilla si nos queremos poner específicos.
Y era una mini. Apenas tapaba el apellido.
Por esa plata lo menos que pretendo es que llegue hasta el suelo y tape todo el árbol genealógico.

Creo que habla muy bien de mi autocontrol el hecho de que no me reí en la cara de la señorita cuando me lo dijo y amablemente le contesté "muchas gracias, doy una vuelta y cualquier cosa vengo después."

No creo que me haya estado esperando, ¿no?

3 dic 2010

¿Falta Mucho...?


En época de examenes, los alumnos no siempre rinden en tiempo y en forma - cada uno tendrá su mejor o peor excusa - y vienen a lo largo de los días subsiguientes, buscan su examen en Secretaría para rendirlo en alguna oficina vacía o la biblioteca.

Como este sistema es un tanto desorganizado - y aún así funciona a través de los años, quien lo diría - hará cosa de un mes, con los últimos parciales, Mirtha se cansó y avisó a todos los rezagados que pudo que tal día a tal hora se tomaban los examenes perdidos.
Me preguntó a mí si podía vigilarlos durante el tiempo que les tomase.
A las seis menos diez empezó a caer gente al baile y los ubiqué en el aula que les había sido asignada. Debían ser quince, dieciseis, de distintos cursos y edades varias, que iban desde los 13 a los 17, amen de un par de adultos.

Como los exámenes se imprimen cuando tienen que ser tomados, Vale - a cargo de la fotocopiadora entre otras cosas - pasó a preguntar qué año cursaba cada uno, para ocuparse de que cada uno tuviera la copia del examen correcta.
Cada uno de los pibitos cantó su rango y número de serie, Vale tomó nota, fue sacó las fotocopias y me las alcanzó.

Yo volví a repasar el rango y el número de serie.
- ¿De que año sos?
- (inserte año)
- Esta es tuya.
Y así repetido quince, dieciseis veces.
Cada hoja, junto al renglón donde poner el nombre del interesado, llevaba escrito el curso junto con la fecha, cuestión de que no pudieran mezclarse con los de otros cursos u otros meses.

¡¿Alguien me puede explicar como fue que al día siguiente nos enteramos que dos pibes habían rendido un examen de otro curso?
!

Dos veces les preguntamos a las criaturitas del señor - boludos grandes ya, criaturitas - en qué año estaban. Ni hablar ya del hecho de que estaba impreso en la hoja. ¿Cómo puede ser entonces que un chico de 5th Juniors haya hecho el examen de uno de 6th Juniors?
¿Tienen alguna idea siquiera del curso en el cual pasaron la mayor parte del año?
A ver, te doy una pista, no es la salita rosa...

Obviamente Vale y yo recibimos un par de comentarios no muy bien intencionados, y ¿qué mas puedo hacer yo aparte de preguntarle y confiar en que él sepa donde está parado? ¿Decirle mentiroso y revisar sus cosas?
Es... es...
Es absurdo.


Hará dos semanas, ya en época finales, un adulto vino a rendir su examen ausente a la biblioteca.
Se sentó en una de las mesas, la Secretaria le alcanzó su examen y quedó rindiendo.
Yo continué con mi trabajo, chequeando cada tanto que no se copiara, no hablara por celular, no hiciera boludeces y todas esas cosas que hay que pretender vigilar cuando alguien rinde un examen.
Pasada hora y monedas lo vi terminar su examen, guardar sus cosas y partir con su examen en la mano.

El sistema, cuando se rinden exámenes en la biblioteca, normalmente consiste en dejárme el exámen terminado a mí y yo se lo alcanzo a la teacher que le toca. Pero mas de una vez ha habido casos en los cuales las teachers les han dicho a sus alumnos que se los alcancen al aula. Como yo tenía gente en el mostrador y estaba ocupada, lo dejé marchar sin decirle nada y allá partió el caballero.
Al día siguiente se apersonó la Secretaria en la biblioteca con cara de perro porque yo no le había pedido el examen y el imbécil se había ido a pasear por la Cultu - charló con sus amigos, conversó con otra gente, pasó dos horas - con el examen en la mochila y ahora se lo tenían que anular.
¡Su exámen final!


Pero... pero... pero...
¿Yo le tendría que haber pedido el examen?
Estamos hablando de un hombre grande. En el lado oscuro de los treinta. ¿No tendría que saber él este tipo de cosas? Cualquier persona con un mínimo de cerebro sabe que los exámenes no se llevan a pasear.
Es... es...

Dios, me tienen harta...

1 dic 2010

Finalmente.





Señoras y señores, está hecho.


Gracias a todos por su paciencia y su apoyo.
Ahora hacemos el Baile de la Felicidad, Balki y el primo Larry me hacen los honores (como me gustaba esa serie):



Y retomamos la trasmisión habitual.

(Voy a ver si encuentro mi botella de licor de chocolate. Esto definitivamente amerita un festejo)