Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

29 jun 2010

Al Otro Lado de la Reja


Antes de tener a Magenta, tuvimos otro perro. Bah, Henry tuvo otro perro - aramos dijo el mosquito - que decidió que yo era aceptable y me adoptó una vez que me mudé a Neuquén.
Max, que así se llamaba el animal, era un perro mediano, con aspiraciones de cocker de pelo corto, amarillo, que alguna vez había parecido de raza pero que a la vejez el medio pelo se le empezaba a notar. Estaba ciego de un ojo, tenía un caracter muy mal parido, le gustaban los mimos en la panza y dormir abajo de la estufa.

Pero lo mas particular que Max tenía era que era un tipo independiente. Todas las mañanas, a primera hora, uno le abría la reja para que saliera a la calle y allá se iba él, a hacer su ronda por el vecindario. Acompañaba a la vecina de al lado en sus caminatas hasta la Plaza de las Banderas, le ladraba a través de la reja al perro enorme de a la vuelta, jugaba con la perra negra del otro lado de la calle y mil cosas mas que probablemente nunca sepamos.
Eventualmente, cuando se aburría de todo esto, volvía a la casa, lloraba junto a la reja hasta que alguien - "otra vez? uy, pero que perro pesado" - le abría y así se pasaba el día, pidiendo entrar y salir, sin necesitar nunca que nadie lo acompañara a ninguna parte.
Era un buen sistema. A veces tardaba en volver, mas de una noche la pasó afuera, y siempre estaba el riesgo de que no volviera - los accidentes pasan - pero él nunca falló.

Lo mataron un mediodía en que Susana había ido a buscar a Rorro a la guardería. Curiosamente, nada que ver con sus salidas individuales. Volvían los tres, Susan empujando el cochecito, Max como siempre deabulando a su alrededor, cuando se metió sabe Dios donde para salir lloriqueando, acostándose en la cuneta. Susana, con la bebé al rayo de sol, no se quedó a mirar y para cuando llegó a casa, sin el perro detrás, me pidió que fuera a chequear.
Lo encontré justo donde ella me dijera, muerto nomás, con un agujero en un costado, como de un punzón. Nunca supimos en donde había sido, si fue a propósito o un accidente. Me senté en la vereda un rato, acariciándolo, después lo saqué del camino y lo dejé en un baldío, para que se lo llevaran.

Y se me puso triste el posto cuando no había sido mi intención.
Sepan ustedes disculpar.

A lo que yo quería ir es que a Magenta, con el tema de que nadie puede sacarla a pasear en la semana por falta de tiempo y que el jardín es grande pero no le alcanza para correr, estamos, de a poco, dejándola salir sola a la vereda. Bien tempranito, o cuando ya pasan las once, cuando no hay casi autos, le abro la reja y la dejo salir para que corra.
Da gusto verla estirarse a todo lo que da, corriendo de punta a punta. Es un perro lindo de ver correr.
Anoche Zeke me acompañó y nos quedamos paraditos como dos vigias, viéndola desaparecer en la esquina, esperando que volviera, llamándola cada tanto - mi "Magenta!" tratando de sonar autoritario, su "`kenka!" todo cariño preocupado - hasta que se aburriera de tontear y desandara el camino, corriendo con el embiste de un trén, casi volteando al enano en su afán de volver a casa.

Es bueno tener perro otra vez.

7 comentarios:

Alicia's Own dijo...

Hola Guada!

Gracias por tu comentario en mi blog!

Ya soy una de tus seguidores y te acabo de agregar a mi blogroll!

Nos estamos leyendo!

Elena dijo...

Desde que se murio Mr. X no hay manera de que nos dejen meter un nuevo perro a casa :(
Que envidia!!!

Marina dijo...

me encantaría poder soltar a olivia (me encantaría...?) pero los whippets son muy asustadizos y demasiado veloces.
hace rato fui a pagar una cuenta y la dejé en la vereda, la correa sujetada a un poste. pues se asustó de otro perro, se soltó y salió a la carrera, y yo salí del local atrás de los dos.
afortunadamente respondió al segundo o tercer llamado y regresó.
está bien lo que hacés, suerte con el entrenamiento :)

Yoni Bigud dijo...

A los perros hay que darles cierta independencia. Una cosa que me cuesta muchísimo es la salida nocturna para pasear. Por eso ya no tengo. Talvez un día, cuando no viva en la ciudad.

Un saludo.

Damaduende dijo...

Alice, gracias por pasar! Me alegro que apreciaras el comentario.
Nos vemos por ahí :)

Elen, no sabés lo que tuve que luchar por ese perro... Voy a tener que postear La Batalla del Perro uno de estos días...
Ya vas a tener uno. Todavía estoy esperando tu foto con el casco rosa con lentejuelas. :P

Marine, Magenta no se asusta ante nada... Y si se asusta viene corriendo donde estoy yo, como si yo fuera algún tipo de escudo... MAs de una vez casi me tira, la muy bruta. Se ve que frenar no está entre sus talentos.
Me alegro que Olivia no desapareciera. Yo tenía un perro que hacía eso, se iba corriendo y andá a buscarlo...
Gracias por la suerte, veremos como vamos... :)

Sr Bigud, estoy de acuerdo. El problema del perro es el paseo... una fiaca marca cañón da. Suerte con sus planes de tener un perro - y de no vivir en la ciudad.
Saludos pa`uste´.

F. Martín Morante dijo...

Ya lo decía el Alberto. "Su filosofía fue la libertad", (siempre y cuando peguen la vuelta).

Un saludo :)

Damaduende dijo...

La libertad es mucho mas agradable cuando hay un lugarcito donde nos esperen y a donde poder volver... :) Concuerdo plenamente con la filosofía del Alberto.
Saludos :)