
Como todos saben - bueno, quizás no todos, pero una buena parte seguro que sí, y si no lo sabían acá se los cuento - Harold Camping, Ingeniero y fundador de la secta... algo que ahora no me puedo acordar, anunció hace un tiempo, que después de muchos años - considerando que tiene 90 pirulos voy a asumir que muchos en serio - de leer la Biblia, podía anunciar el día del juicio final.
Posta.
La fecha exacta.
Y que el día en que todo iba a terminar - o a empezar, porque según sus cálculos, primero viene el Juicio y después nos pasamos un par de meses bien jodidos - era el 21 de Mayo del 2011.
Sábado. Un tipo muy considerado, no puedo menos que mencionar.
Cómo podrán todos notar - la Prueba A es que estén ustedes leyendo esto gracias a que la electricidad no se cortó, entre otras cosas - el Juicio Final no sucedió.
Buenísimo, fantástico, nos palmeamos todos en la espalda, seguimos girando, acá no pasó nada, circulen por favor.
Ahora, lo que yo quiero saber es... ¿qué se le dice a un montón de seguidores después de que el fin del mundo prometido NO SUCEDE?
Por que no es que prometió una cosa pequeñita, algo que con un poco de chapa y pintura, un poco de guitarreo, pasa. No dijo "Para alguien es el fin del mundo", y buscas un fiambre al que cargarlo con el mote, no dijo "Sucede un pequeño evento que es la primera piedra para un cataclismo cósmico" y buscas en las noticias algo como el crater de Guatemala o el volcán de Islandia. No. El prometió un bruto final de todas las cosas. Un fin de todos los tiempos. Un terremoto inmenso, gigantesco, que nos iba a dejar a todos traste pa´rriba, "los vivos envidiarán a los muertos" tipo de terremoto. No es una promesa que puedas tapar con tierra, silbar un poco, preguntar que hora es, caramba, ya pasó la hora del té y yo sin tomar nada.
Ahí estamos todos reunidos, tomados de las manos, rezando alrededor de un banquito de tres patas, esperando que se resquebraje la tierra y nos lleve al Paraiso y... no pasa nada.
Esperamos un rato mas, quién dice sábado 21 dice domingo 22.
Nada.
¿23? ¿24?
Este... ¿falta mucho? Porque tengo que ir a laburar, vio, don Harold como es esto. No puedo seguir faltando, después me lo descuentan, y si el mundo no se acaba, el prestamo hipotecario lo tengo que pagar...
Y Harold, de frente a su congregación, la gota fría corriendole por la espalda, el fin del mundo prometido pospuesto por falta de interacción divina, el flaco Inri sin aparecer por ningún lado, pensando en que parte de la Biblia se equivocó si él hubiera jurado que decía 21 de Mayo.
Tengo entendido que corrió su profecía para Octubre. También el 21.
Él le tiene fe al 21.
Ahora, yo ya no sé si creerle, al cabo que ya me defraudó una vez - dos en realidad, había prometido una segunda venida de Cristo en el 94, y que yo sepa todavía seguimos esperando. Pero que hay que admirar su coraje, hay que admirarlo.
Es harto difícil de disimular que el mundo no se acabó.