Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

16 sept 2011

La Esquiva Moraleja


El otro día decidí hacer tortilla de papas. Que cosa que me gusta la tortilla de papas...
Mi abuela hacía las mejores tortillas del mundo. Incluso tenía un plato especial para dar vuelta tortillas que le regalamos con mi hermana - todo el camino desde Sevilla, envuelto en ropa adentro de la mochila -, esmaltado con flores y con una encantadora inscripción que anunciaba en una caligrafía muy bonita Pa´Voltear Tortillas...

Entonces, con mis planes de hacer tortilla bajo el brazo, llegué a casa, corté las cebollas, corté las papas, batí los huevos en el bol de metal, freí las cebollas, freí las papas, puse las cebollas en el huevo, puse las papas en el huevo y me preparé psicológicamente para el reto de hacer una tortilla de papas cocida por fuera y jugosa por dentro, lo mas parecida posible a las que hacía mi abuela.

"¿Qué vamos a comer?" la voz de mi niño, el menor.
"Tortilla de papa."
"A mí no gu´ta tortilla."
"Pero si son papas fritas con huevo."
"No gu´ta", pues tu te lo pierdes, cariño, y eso fue todo en ese frente, esto no es un restaurante, no te gusta, no comés.
A la Ro en cambio, hubo que atajarla para que no se robara todas las papas fritas de adentro del huevo crudo, en un claro caso de que lo que se hereda no se hurta, ya que mi abuela y yo hacíamos el mismo baile cuando la visitaba para almorzar.

Qué cosa los recuerdos...

Cuando llegó finalmente el momento, agarré la sartén grande, la calenté con una mínima - no, menos... no no, menos todavía... no... te pasaste - cantidad de aceite y con un floreo le eché el menjunje de papas, huevo y cebolla.
Todo el asunto siseó y crepitó de manera muy satisfactoria.
Lo dejé un par de momentos y cuando agarré la sartén por el mango, la levanté para sacudirla un poco, en una de esas cosas inesperadas que tiene la vida, el mango se partió con un chasquido que resonó como un petardo, haciéndo que la sartén cayera violenta contra la hornalla y que por un segundo - un eterno segundo - todo el asunto amenazara con caerse al piso y arruinar todo mi trabajo.
La atajé veloz - soy rapidísima cuando me amenazan con la ruina. Tiré a la merda el pedazo roto y me agarré del muñon que quedaba. Las papas se habían impresionado un poco - ¿qué fue eso? que horror, ¿lo sentiste? - y habían tratado de escapar por el borde de la sartén, por lo que la tortilla se había roto de manera irremediable, mientras que los pedazos que no se habían movido, con el tiempo perdido en cualquier momento iban a pasar de castaño a oscuro.
Manoteé rápido la fuente redonda - que no dice Pa´Voltear Tortillas, pero era de mi otra abuela y tiene un sellito que atestigua que vino de Inglaterra, así que tomá - la puse arriba y como pude - el muñón de mango no se quería prestar - giré el enchastre de papa, cebolla y huevo, los dejé tostarse medio minuto y lo repartí entre los que sí queríamos tortilla.

Estaba buenísima igual, no me voy a andar quejando...

Pero mientras comía descubrí además que la sartén traidora no sólo me había desarmado la tortilla sino que también me había hecho un tajo larguísimo en el dedo gordo, que en el fragor de la batalla yo no había notado y ahora sangraba por todos lados.

Ahora, mirando la curita de Batman que envuelve mi dedo - las de princesas son para los días impares -, no puedo evitar sospechar que en algún lugar de todo esto hay una moraleja. Estoy segura. Algo sobre la gente que piensa que tiene la sartén por el mango...

Pero no termino de poder armarla.

17 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

No sé cuál será la moraleja, no se me ocurre. Pero me gusta muchísimo la tortilla de papas, aunque esté rota.

Si quiere puede mandar un poquito para estos lares. No sea así, encuentre la forma.

Espero que se cure su dedo.

Un saludo.

Juan Carlos dijo...

Se me ocurre una:
Para comer tortilla, hay que romper huevos y de vez en cuando joderse un dedo.
Otra:
Tener la sartén por el mango no significa que la sartén no se defienda.
Y la última:
No existe rival pequeño, ni aunque lo sujetemos por el mango. La batalla no esta ganada hasta que la tortilla duerma en el plato (o pregúntale a tu dedo).
¡Saludos!

Pablo dijo...

Si lo joden mucho, hasta el material se fatiga.



¿No? Bueno, seguimos probando...

GABU dijo...

No tengo ni la más mínima idea de cuál podría ser la metáfora pero se me hizo aguita a la boca por saborear una tortilla tan requeteriquísima como la que hiciste... :P

P.D.:Decí que estoy estricta con la dieta que sino... ¬¬

BESITUS

zorgin dijo...

babette, ese es el arte, lo otro... nada, masacotes secos de papa y huevo.
está Ud muy recordadora ultimamente, piensa en comenzar un libro de memorias autobiográficas no autorizadas?
en cuanto al metamensaje, ocviamente se refiere al clásico "tanto va la sarten al fuego, que al final se rompe" (versión original de esa bobada del cántaro y la fuente), o bien por aquello del que amanece barrigón es al ñudo la tortilla..., ciento volando?

Sir Lothar Mambetta dijo...

A usted no le podrán decir que sus tortillas no valen un mango. O que no se deja la sangre por ellas.

Más que moraleja, me queda la eterna incógnita del hacedor de tortilla: ¿mango de madera o de baquelita?. Podrá la Humanidad responder a este interrogante alguna vez.

Un beso, mi estimada.

Martín dijo...

"las de princesas son para días impares"...

me pudiste.

rastelman dijo...

NO SE PUEDE CONFIAR EN LA PUTA BAQUELITA...
esa es la moraleja, la metáfora, la enseñanza, la lección que nos deja tu aventura gastronómico-culinaria...
finalmente el mocoso comió?
el dedo cicatrizó?
la sangre no llegó al río?
beso

pd cosa rica la tortilla "babé"!!!

El Gaucho Santillán dijo...

Mirà vos! hace poco se me partiò el mango de una olla y casi me quemo todo.

Pero yo pensaba que era por mi extraordinaria fuerza!

Que decepciòn.

Un abrazo.

Trapitos al Sol. Indiscreciones de una empleada doméstica dijo...

¡que feos son los cortes en los dedos! Mi mamá solía gritar ¡que esto no es un restoran ehhh!

Dany dijo...

La moraleja es que en su casa están pasando cosas raras con la comida.
Busque por ahí. Un beso.

Ochurus dijo...

Encontró la moraleja??

De cualquier manera, salió usted victoriosa y la tortilla se pudo comer (una vez haciendo dulce de leche, se me resbaló el frasco de bicarbonato de sodio, que fue a dar con tanta mala suerte en el canto de la olla y estalló en pedacitos de vidrio...dentro de mi dulce de leche...adiós entonces).

En su caso, diría María Elena: "la sartén por el mango, y el mango también"... o lo que quede de él!!!

un saludo

Damaduende dijo...

Si yo la mando para allá, sr Bigud, no es tanto que va a llegar rota como que va a llegar seca, y así no. Yo no me mato - me corto los dedos, mirevea - para que la gente no aprecie mis tortillas como se debe.
La próxima vez que esté por el sur lo invito :)
Besos


Uh, uh, Juan Carlos, me gustó la de la sartén que se defiende.
Voy a tenerla en cuenta y ver de destruir la moral de toda mi bateria de cocina antes de la próxima comida.
Saludos :)


La fatiga de los materiales es un tema que me encanta, Don Pablo. Sobretodo porque mi marido nunca me cree que cuando algo se rompe es por culpa de eso exactamente.
Hombre de poca fe.
Besos

Damaduende dijo...

Un pedacito, Gabu? Que tanto puede engordar un pedacito de tortilla de nada...?
;)
Suerte con tu dieta, reina. Que ahora que llega el verano temo por mis bikinis...
Besosos


Eso! Bien babette, si no no tiene sentido una tortilla, Don Zor. Es asi, la vida es así.
Nop, todavía no estoy para mis memoirs...
Le aviso, no tema. :)


Yo siempre me dejo la sangre en lo que cocino, Mambetta. Soy así, visceral.
De madera, la baquelita y yo definitivamente no nos llevamos...
Besos a usté.

Damaduende dijo...

Martin... :)

El mocoso no comió, el dedo cicatrizó y estoy de acuerdo, Rastel, no se puede confiar en la baquelita. Ya aprendí mi lección...
La tortilla babé es lo mas
Besos

Bueno, Gaucho... Lo suyo a lo mejor fue por su extraordinaria fuerza, quien le dice. Lo mío fue porque la sartén es vieeeeeja...
No se tire a menos :)
besos

Damaduende dijo...

Trapitos, su mamá tiene razón. Que se piensan, mocosos, que es esto...
:)
Besos

Mientras las cosas raras no nos envenenen Dany, me la banco. Por ahora, solo golpes y lastimaduras.
Pero prestaré mas atención...
Besos

Que embole lo del dulce de leche, Ouchs! Tirar toda esa leche, que incordio :/
Yo la Tortilla me la pude comernal menos...
Besos

Damaduende dijo...

Uy, perdón, Ouchurus. La moraleja, me quedé con la de Juan Carlos. Aun que uno tenga la sartén por el mando, no significa que la sartén no se defienda... Creo que remarca todos los puntos :P