Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

26 oct 2009

Género



Henry me dijo el jueves: “¿y si vamos a San Martín a buscar la laptop que le dejé a Cristian?” para dármela a mí, en concepto de que la mía está rota ya que se fundió nomás lo que sea que la conectaba a internet.

Mi respuesta fue: “El domingo está el asado de la Cultu, ¿qué te acordás me dijiste que me ibas a acompañar?”

Hubo un lapso en la conversación, y después, ya sin muchas esperanzas:

“¿Y si no vas?” opción que por supuesto no voló porque detesto decir que voy a hacer algo y después no hacerlo.

Un rato mas tarde Henry insistió:

“Bueno, puedo ir yo sólo”

“Pero yo ya avisé que ibas. Ya compraron todo.”

Henry no dio el brazo a torcer:

“Pensá que si no voy vas a estar sin internet un montón de tiempo,” poniéndome a mí en ese lugar tan cómodo en el que uno suele encontrarse a veces, hacinado entre la espada y la pared. Sopesé mis opciones, con qué tenía yo mas por ganar, llevarlo a Henry a que hiciera sociales - mano izquierda - o dejarlo ir y que me trajera una pc - mano derecha - ummmmmm, ligero balanceo…

“Bueno, si tenés ganas de ir, andá ” cosa que lo tuvo molesto un rato, porque cualquiera sabe que esa frase nunca es un permiso del todo, y finalmente,

“¿Querés que me lleve a la Rorro?”

Y otra vez,

“Rorro tiene un cumple el sábado ” y ya teníamos el regalo y a la chica feliz pensando que iba a ir al cumple de su amiga Pía.

Pero Henry no se rindió,

“Bueno, me lo llevo a Zeke.”

Y ahí sí,

“¿Estás seguro?” porque cabe aclarar que Zeke nunca viajó solo con el padre, y hay que llevarlo con sus pañales, sus memes, sus mil pequeñas manías de niño pequeñito.

“Sí, le pregunto al abuelo si quiere venir y hacemos un fin de semana de hombres ” el abuelo dijo que sí, y allá partieron, los tres hombres a San Martín, dejándome a mí con Rosarito emocionadísima porque iba a tener un fin de semana de chicas solas, cosa que disfrutó tanto - fue al cumpleaños, fuimos de compras, elegimos el color para mi pelo, fuimos de paseo, vimos películas de princesas, me ayudó a teñirme el pelo, fuimos al asado de la Cultu, dormimos la siesta, la tuve pegada al costado todo el tiempo que le resultó humanamente posible - que cada tanto me decía “¿viste que bueno que no están los chicos?"

Lo que por supuesto llevó a que, cuando se despertó de la siesta y a la llegada de los hombres de la casa, se pusiera a llorar al grito de:

“¡Yo quiero estar sola con vos!”

Después la convencieron - entre mimos y juegos - de que tenerlos en casa no era algo tan malo, pero por un momento, el ser hija única de madre soltera, fue el sueño del pibe... para ella.

2 comentarios:

zorgin dijo...

tiene Ud computadora y comió asado...
tampoco le fue muy mal, y su henry fue de fin de semana de hombres...
mmmm parecería que a todos les fue bien...
es un tanto extraño...

Alex dijo...

vos, lo que tenés que evitar a toda costa, es que se le despierten los instintos asesinos, yo sé de qué te hablo, justo ayer hablaba de eso.
dentro de cada niño hay un asesino serial de hermanitos, sabélo.