Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

22 feb 2010

Había una vez... Un circo...


Comprar las entradas con una semana de anticipación conlleva a cosas tales como la Rorro avisándole a todo el mundo que "¡el sábado voy al circo!", cosa que es simpática para mí, pero que a los demás se les hace muy viejo muy rápido. El sábado entero, obviamente, también lo pasamos con Rorro agregando a cada actividad que hacíamos "y después de esto, ¡vamos a ir al circo!", hasta que finalmente llegó la hora, porque todo llega en esta vida.
Tomamos el té, dejé a mi cínico interno en casa - nunca lo llevo a este tipo de salidas - con instrucciones de que se portara bien, y salimos los cuatro. Llegamos sobre la hora, pero no había mucha gente así que no hubo problemas.
Entrando en el espíritu de la cosa compramos un paquete de pochoclo a precio de reventa de manos de una señorita muy pero que muy pintada y con cara de tujes a lo que H, - que cuando dejo a mi cínico interno en casa le gusta tratar de llenar el espacio - murmuró algo respecto a que si ese iba a ser su punto de vista frente al mundo mejor le daba trabajar de funcionaria pública y no en un circo, y entramos.
No era un circo de tres pistas - no que yo creyera que iba a ser uno, así que no hubo desilusiones ahí - y nos instalamos en nuestros cuatro asientos frente al escenario - lo mas alejado a un circo de tres pistas que puede haber. Pasaron los carameleros, con mucha mejor cara que la chica del puesto de la entrada y les compré algodón de azúcar, que comí yo sóla - mis niños no entendieron el punto, el aspecto del chisme disuadiéndolospor completo, al punto que Ro me miró con cara de estás loca, llenándote la boca de algodón - y gente vendiendo unos payasitos que logré no comprar... lo único que no compré.
La función empezó a tiempo - bueno, y diez, pero eso es casi a tiempo en este país - , con luces y sonidos, haciendo que Zeke, tipo sensible a los ruidos, se largara a llorar y pidiera a gritos y señales que lo sacaramos de ahí. H me pasó al chico - menos mal que el asiento de él no lo habíamos pagado, teniendo menos de tres años -, lo abracé y logré retenerlo hasta que aparecieron las bailarinas, que lograron distraerlo a fuerza de saltos descoordinados y ropa con lentejuelas.
Tengo que comentar que si hay algo que me gusta de los circos, siempre me ha gustado - en serio, sin sarcasmo here - , es que todos hacen todo. Los que venden cosas bailan, los que bailan son trapecistas, los trapecistas son los que mueven utilería y los malabaristas se ocupan de limpiar. Un ahorro de mano de obra fantástico y toda la plata queda en familia. Así fue como entre las bailarinas pude reconocer a dos de las chicas que nos habían llevado hasta nuestros asientos y a la funcionaria pública, que ahora sonreía de oreja a oreja.
Y la función empezó.
No voy a hacer un parte por parte de lo que lo que sucedió en ese escenario. Hubo payasos, malabaristas, mas payasos, bailarinas, dos chicas colgándose de una soga, mas payasos, un intervalo donde el presentador nos vendió unas boludeces que brillaban - que sí tuve que comprar -, otro malabarista con un montón de bolitas, una de las bailarinas haciendo de trapecista, el malabarista del principio bailando malambo con toda su familia - hacía años que no veía gente bailar malambo - payasos una vez mas, bailarinas saltando a la soga, y un par de cosas mas. Hubo incluso una pulga amaestrada, Pepita, a la que el presentador pisó y los payasos le hicieron un funeral. Rorro quedó muy impresionada por la muerte de Pepita.
Estuvo muy entretenido. Me reí mucho. Mis niños la pasaron bomba. Marido disfrutó la salida sin practicamente ningún comentario malicioso. Hasta compré el llaverito pedorro con la foto que nos sacaron a la entrada y por el que me cobraron 15 pesos. Tengo que agregar, en honor a la verdad, que fue una suerte que mi cínico interno se quedara en casa porque se hubiera hecho una fiesta.
Salimos contentos, con esa satisfaccion interna que da hacer cosas en familia - cuando salen bien - y nos fuimos para casa para cambiarnos porque después teníamos un asado. Sábado ocupado el nuestro.
Rorro, obviamente, porque algo andaría seriamente mal con ella si no lo hubiera hecho, avisó cuando estábamos en el auto, que cuando fuera grande iba a unirse al circo.

8 comentarios:

Dalila Alonso dijo...

Jajaj, qué cute :)

zorgin dijo...

mi cinico interno es ya mayor, se lliama sarcasmo, y le puse un bozal porque está desesperado por hacerle aguno que otro comentarito...
pero mas allia de ellio, se vé que lo pasaron bien en lo que podríamos denominar como circo compacto, no?
algodon de azucar......, los añiossss!
y su cria será ecuyere y se unirá al domador de leones (¿?), no dijo nada de animales, no se usan más?

Elena dijo...

mira si pasa compo en el gran pez, la Rorro haciendo el papel de ewan mac gregor?

Marina dijo...

...con lo cual marido y vos van a tener que ir comprando una carpa y rescatando las pulgas de magenta (y ya de paso enseñandole a caminar en dos patas) porque como vos misma dijiste, el circo es un negocio familiar.

Damaduende dijo...

Dali, si, fue un momento cute :)
Don Zorgin, mi cínico interno me estaba esperando en casa con mil comentarios, pero le dije que no jodiera, que no era cuestión de arruinar un buen momento con estupideces de adulto. Dígale a su sarcasmo interior que también vale para él. No, sin animales, tengo entendido que están prohibidos ahora. Mas allá de Pepita no hubo nada. A Rorro le gustan los trapecios.
Elena, te parece? Aunque te diría que estaría muy mona la enana con un traje de presentadora y la galera. Tengo que conseguirle un disfraz :P
Marina, no creo que marido se preste a dejar la escribanía por la vida incierta de las carpas... Me pa´que si la Ro se decide a seguir esta vida la vamos a ver cuando su trailer pase por la ciudad. Y que se lleve a Magenta.

F. Martín Morante dijo...

Aunque imagino que es tarde igual tiro en el canasto:

BIG FISH!!

Circo y pelicula pochoclera (pero MUY BUENA!)

Con respecto al Circo... corria el 85 u 86, mis viejos nos llevan a un circo en las afueras del estadio Centenario (no recuerdo el nombre aunque asumo seria "Los Hermanos... algo").

Previa merienda en el parque Batlle, cosa de no joder pidiendo algo despues, el infante Martin (quien les habla) decide practicar las artes circenses de ante mano, trepando uno de los arboles de alrededor.

Pummmmm....(men down), no habia nacido para circo y termine callandome la boca despues de mi caida, para evitar la ida a casa (sin circo), pero esa "acrobacia" me costo un brazo fisurado y un yeso por 21 dias.

El circo? Genial!!! , para todo lo demas.....

(PD: perdon por la falta de acento. teclado sucks!)

Lala dijo...

Circo!
Sólo fui dos veces cuando era pequeña.
La primera vez me quise morir! Horroroso me pareció!!! Ô_Ô
Además con animales que parecían pasar hambre! Pobrecitos...
La segunda fue un circo chiquitito y precioso, que parecía casita de muñecas, con sus asientos en madera recubiertos de terciopelo rojo. Cuidadísimo, la verdad, y esa vez sí me gustó. Además no habían animales :D

Pero no se me ocurrió nunca dedicarme al oficio, jajajajaa!


Un besito


Lala

Damaduende dijo...

Tincho, que grande tu mini-me. Si uno no prueba esas cosas, cual es la gracia de ser chico? Me alegro que pese al golpe disfrutaras la función de los Cachalote Hermanos :)
Y sip, Big Fish es un peliculón.
Lala, por suerte ahora no dejan mas que usen animales, tu segundo circo fue un adelantao. Se deben haber dado cuenta de que sí, los mataban de hambre. No era negocio para el pobre bicho. Por otra parte, no sé si todos los chicos tienen una etapa en la que quieren fugarse con el circo, sólo sé que la mía es un poster de ese tipo de chico, asi que si no hubiera comentado, hubiera estado segura de que se sentía mal.