
Detesto no tener internet en el laburo.
Por alguna razón que no termino de entender, la internet llega justo hasta la puerta. Posta. Una vez cruzada la puerta, no hay ningún tipo de señal. Traje el pituto para la computadora de la biblioteca. Nada. Traje mi netbook. Nada. De la puerta para acá, soy un punto negro en las comunicaciones.
Muy molesto.
La falta de internet entonces no me deja updatear esta cosa tanto como quisiera porque los niños en mi casa son todavía mas difíciles de superar que la señal truncada y mi jefa y sus paranoias. Aún así, yo lo sigo intentado. No puedo fallarle al señor de Tai Pei que visitó este blog esta mañana.
Saluden todos al señor de Tai Pei.
Hola, señor de Tai Pei.
El cuento de hoy tiene a la Ro como protagonista.
La Ro tenía flequillo cuando gurrumina. Hoy día estamos tratando de que crezca, por una cuestión tanto estética como práctica. El tema es que al llegar a cierto largo - cuando se escapa de los peinados y le hace cosquillas en la nariz - la poca paciencia que la caracteriza, la lleva a que - en el momento en que yo me distraigo - le pegue un tijeretazo.
Llevamos con este jueguito de la tijera y el pelo y dale que va ya casi dos años.
Ha habido varios retos, por supuesto, y varias explicaciones - Ro, si no lo dejás que crezca, ¡NUNCA VA A SALIR DE FRENTE A TU NARIZ! - pero no ha habido caso.
"Me molesta."
Pero una sigue en la lucha.
La semana pasada, la tijera atacó de nuevo.
Pero, esta vez hubo una variación en el tema.
"¡Yo no fui, Pancho Chasarreta me lo cortó! ¡Yo tenía lo ojos cerrados, no sé lo que pasó!"
No hubo forma de que soltara prenda.
"No seas ridícula, ¿cómo pensas que voy a creerme que alguien vino y te cortó el pelo de la frente Y VOS NO TE DISTE CUENTA?"
"¡¡NO SE!!"
Esta es mi historia y a ella me atengo.
Yo no fui, yo no estaba y no pueden probarlo.
Un par de días después, le relataba yo al padre este sucedido sucedido - "¿cómo vas a dejar que alguien te corte el pelo sin que te des cuenta?" fue el leit motiv de la tarde - a lo que yo agregué, perfectamente en el rango auditivo de mi niña la mayor.
"Obviamente lo que ella hizo fue manipular al chico, como para no mentir y que la culpa sea de alguien mas." la miré directamente con una mueca "Por que no te creas que me estás engañando..."
Y fue ahí cuando la pesqué. Hubo una sonrisa renuente, un gesto en los ojos, un admisión tácita, y si bien yo sé lo que hizo, mas preocupante es saber que ella también lo sabe.
Seis años.
No, si esa chica es terrible.
Espero que cuando crezca use sus poderes para el bien.